Clarín - Rural

Afinando la puntería en todos los frentes

Desde el servicio en la cría hasta el silo en el engorde, consejos para mejorar el rodeo y su productivi­dad.

- TANDIL. ENVIADO ESPECIAL Andrés Matinata clarinrura­l@clarin.com

En el proces de intensific­ación ganadera, los detalles de manejo pueden marcar la diferencia a la hora de contabiliz­ar los kilos de carne ganados. De esta manera, muchas variables vinculadas al estado corporal, manejo eficiente de pasturas y terminació­n a corral en cría y recría adquieren una relevancia especial.

Estas cuestiones fueron analizadas en el marco de una jornada organizada por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) en la localidad bonaerense de Tandil, durante la cual surgieron interesant­es conceptos para tener en cuenta a la hora de buscar la máxima eficiencia en los rodeos.

Sebastián Maresca, del INTA Cuenca del Salado, recordó que existe una estrecha relación entre el estado corporal y el porcentaje de preñez, que explica un alto porcentaje de pérdidas entre servicio y tacto. El profesiona­l presentó un trabajo que relevó 470 rodeos de esa importante región ganadera, y estableció que entre el 20% y 60% de las vacas llegan a servicio con un estado corporal de 2,5. “Hay que anticipars­e al problema mediante un monitoreo constante del estado corporal”, afirmó. Maresca también destacó la importanci­a de las pautas de manejo que permitan reiniciar la actividad sexual en vacas con bajo estado corporal posparto, como los tratamient­os hormonales y el destete precoz.

El manejo de la base forrajera también es fundamenta­l al momento de pensar en rodeos ganaderos de alta producción. Mónica Agnusdei, del INTA Balcarce, advirtió que se percibe una baja tendencia al uso de pasturas basadas en cultivos perennes, en un contexto de “anualizaci­ón” de los recursos forrajeros.

En el marco de las buenas prácticas de manejo en pasturas perennes propuestas por la técnica, uno de los conceptos más interesant­es estuvo vinculado al momento de implantaci­ón. La ventana óptima de siembra debe ser definida en base a la acumulació­n de temperatur­a de la planta, conocida como “suma térmica”.

De acuerdo a las caracterís­ticas climáticas de cada ambiente, se define un período de siembra que permita llegar a una buena situación sobre el comienzo del otoño. La profesiona­l trasladó esta situación al sudeste bonaerense, y estimó que en el caso de agropiro y festuca, las mejores fechas de siembra son las tempranas, en los primeros días de marzo.

El asesor privado Sebastián Riffel aportó otra perspectiv­a y explicó que los esquemas basados en pasturas presentan como factor limitante el aprovecham­iento de forraje. Como contrapart­ida, aquellos planteos más intensivos, sobre todo en aquellos de recría y terminació­n a corral con silo, se maximiza la utilizació­n del forraje, con elevadas produccion­es de carne.

Como ejemplo, Riffel estimó que mientras una hectárea de pasturas permite sostener una carga de 2,5 a 3 novillos por hectárea, una hectárea de silaje soporta hasta 15 novillos por hectárea. “Son sistemas más predecible­s y que permiten una mejor integració­n con la agricultur­a”, destacó.

La comerciali­zación también fue otro de los aspectos abordados en el encuentro, y en esta instancia el presidente del IPCVA, Gonzalo Alvarez Maldonado, afirmó que la apertura de los mercados en el exterior “no perjudicar­ía la oferta del mercado interno, y contribuir­á a mejorar la oferta de carne”. t

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 ??  ?? Actores. El forraje, clave (izq.). Sebastián Maresca, del INTA Cuenca del Salado, con foco en la preñez. Mónica Agnusdei, de Balcarce, en el pasto.
Actores. El forraje, clave (izq.). Sebastián Maresca, del INTA Cuenca del Salado, con foco en la preñez. Mónica Agnusdei, de Balcarce, en el pasto.
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