Subas que no llegan a la carnicería
En las dos semanas previas al paro del campo se habían vendido en Liniers 69.000 vacunos; ésto es 16.400 más que el promedio del mercado, que es de 52.600 (26.300 semanales).
Pero faltaron casi 10.000 para compensar el faltante que provocaría el paro y los feriados de la semana pasada.
Fue así que se redujeron notoriamente los stocks de carne en los frigoríficos, lo que se reflejó en los remates del lunes último en Liniers, cuando los precios subieron alrededor del 6%.
Cubiertas las necesidades más urgentes de los clientes, frigoríficos y abastecedores atenuaron la puja en los días siguientes. El novillo quedó con un promedio que hasta el jueves era de exactamente $ 10 (+2,7%), los novillitos con uno de $ 11 (+4,7%) y los terneros subieron 1,6%, a $ 11,27.
Pero nada de esto llegó a los consumidores. Los cortes más representativos de terneros y novillitos continuaron a un promedio de $ 40 los bifes de costilla, 42 las milanesas, 44 el asado y 46 el vacío, como viene ocurriendo desde principios del pasado mes de mayo.
Confirmando que los productores de pollos habían programado bastante bien los procesos de incubación y de crianza, el pollo, que estaba a $ 16, volvió al precio de mayo, de $ 15,50. t