Con eficiencia y seguridad
Blanco sobre negro La capacitación de los operadores y su responsabilidad es de vital importancia
La aplicación correcta y responsable de herbicidas y plaguicidas es estratégica para reducir el impacto ambiental de la agricultura, garantizar la seguridad de los alimentos que se producen en el campo y la salud de las personas que viven en las comunidades rurales.
En este marco, un punto muy sensible son las pulverizaciones en los lotes que están cerca de los pueblos y ciudades, que han generado denuncias por contaminación, a veces atribuídas a la deriva de productos fitosanitarios.
En diálogo con Clarín Rural, Pedro Daniel Leiva, especialista en Protección Vegetal del INTA Pergamino, planteó que quienes aplican estos productos tienen que capacitarse y cumplir con las normas. “La creciente utilización de productos fitosanitarios ronda los 250 millones de litros-kilos/año, con el atenuante de que gran parte de este caudal esta conformado por un herbicida de baja toxicidad (el glifosato) utilizado en siembra directa”, explicó Leiva.
En este contexto, el especialista contó que se está imponiendo el criterio de fijar distancias variables de pulverización, cerca de los pueblos, en función del sistema de aspersión (terrestre o aérea) y la toxicidad del agroquímico.
Para evitar riesgos, Leiva puntualizó una serie de recomendaciones que hay que tomar bien en cuenta.
Tamaño de gota y humedad
Uno de los temas clave es el tamaño de la gota. “El avión produce una gota de menor tamaño que una pulverizadora terrestre, lo que expone a una situación de mayor deriva”, explicó Leiva. Según cálculos teóricos, analizando velocidad de caída y la altura del botalón, la gota generada por un avión cae a una velocidad diez veces menor que la de un equipo terrestre.
Por otro lado, la gota no se evapora si la humedad relativa es alta. “Como límite crítico de humedad establecemos 60% para trabajos con avión, pero con menos humedad igual se requiere el uso de anti-evaporantes. Cuando los trabajos se hacen por la vía terrestre, el límite se establece en 50%”, precisó Leiva.
Tipo de pastillas
El tercer elemento para reducir la deriva es el tipo de pastilla y la altura del botalón. Este último aspecto está íntimamente relacionado con la velocidad de avance de la pulverizadora.
Con menos kilómetros por hora se puede bajar el botalón y hacer una distribución más pareja de los productos aplicados. “Cuando en un tratamiento con un herbicida total se combina una pastilla cono hueco, que produce gotas más chicas, con bajo volumen, el potencial de deriva se incrementa exponencialmente”, advirtió el especialista del INTA.
Como esta alternativa de pulverización se ha difundido extensamente en el medio agropecuario argentino, constituye uno de los motivos principales de reclamos por deriva en tratamientos terrestres.
Las pastillas abanico plano anti-deriva reducen significativamente el potencial de deriva. Según ensayos conducidos bajo túnel de viento por el Instituto de Ingeniería Rural del INTA Castelar, redujeron entre 35% y 47% la deriva, en comparación con las pastillas convencionales.
Cuando en aplicaciones aéreas, el largo de la barra de aspersión y las pastillas se aproxima a la longitud del ala, se produce en los extremos del avión un fenómeno conocido como vórtice. “Es un remolino compuesto por gotas pe- queñas y orientadas hacia arriba que no llegan al suelo y derivan”, señaló Leiva.
Un estudio del USDA, el Departamenteo de Agricultura de EE.UU., determinó que cuando la barra de aspersión cubre en su totalidad la envergadura del ala, la deriva toma un valor relativo de 2.5; en tanto que cubriendo el 70% del ala la deriva se reduce a 1. Y cuando se cubre el 60% toma un valor de 0.4, mucho menor.
Inversión térmica
Los trabajos realizados con inversión térmica (cuando la temperatura del aire cercano suelo es muy baja) muestran que se incrementa cinco veces la deriva con equipos terrestres y ocho veces cuando se usa avión.
Además, la inversión térmica es más severa en campos bajo riego con un equipo de pivot central, cultivos bajo riego por inundación como el arroz, lotes próximos a ríos y arroyos, y aquellos con una posición baja dentro del relieve.
“El agua, como factor moderador de la temperatura, hace que durante la mañana el aire próximo al suelo se caliente más lentamente y por ende prolongue las condiciones de inversión térmica”, explicó Leiva.
La zona “buffer”
Otro punto a tener en cuenta es la zona buffer (de contención o amortiguamiento) y la toxicología del producto aplicado.
Entre los 260 principios activos inscriptos en la Argentina, como promedio de toxicidad los insecticidas resultan entre 7 y 8 veces más tóxicos que la media de herbicidas y fungicidas. La toxicidad relativa es 27 veces mayor que la del herbicida más utilizado, el glifosato.
“El verdadero problema de contaminación por deriva entonces se registra con insecticidas, rubro en el que existe una amplia variedad de alternativas y resulta posible la elección de aquellos productos de menor toxicidad, más aún en la actualidad, con la incorporación, por ejemplo, de reguladores de crecimiento, que toxicológicamente son de banda verde”, detalló Leiva.
En todo esto, el conocimiento profesional y la capacitación son fundamentales. “En Estados Unidos se hacen aplicaciones casi hasta en los patios de las casas del campo, porque respetan las normas, algo que acá aún resulta difícil”, opinó Leiva.
En este sentido, consideró que la actividad debe profesionalizarse, desde el monitoreo previo para llegar a tiempo, y no tarde y mal, pasando por la revisión de la máquina y el carnet habilitante para el aplicador.
El ingeniero del INTA insistió en que deben respetarse las normas y tiene que haber sanciones para aquellos que no lo hagan.
Lo interesante es que también comienzan a surgir tecnologías e innovaciones para controlar la seguridad de las aplicaciones. Por ejemplo, el Instituto de Ingeniería Rural del INTA Castelar desarrolló, conjuntamente con una empresa privada, una estación meteorológica móvil para ser instalada en los equipos de pulverización terrestre que permiten seguir todo a distancia por internet. t