¿Qué significa hoy ser un buen líder?
Dentro del contexto actual, el desafío es darle la oportunidad a quienes muestren esta capacidad y así potenciar todas sus virtudes.
Si algo caracteriza a la historia de los últimos diez años, tanto en el ámbito internacional y local, es su total falta de predecibilidad y su vértigo constante.
En muchos órdenes, los problemas de esta década no fueron anunciados por nadie, y hubo que hacer frente a situaciones impensadas: clima errático, tecnologías que cambiaron para siempre la forma de relacionarse entre las personas y la lista sigue.
La producción agropecuaria en su conjunto no escapó a esta tendencia y, en la última década, experimentó un salto tanto en la adopción de nuevas tecnologías como en volúmenes producidos. Es innegable que este crecimiento cuenta con muchos puntos a favor, pero también se instalaron nuevos interrogantes de cara a los próximos años.
Así, cuestiones como la sustentabilidad de los procesos, el cuidado del ambiente y el agotamiento paulatino de la superficie disponible para la siembra figuran en las agendas de los países productores de alimentos.
En este contexto de mayor sofisticación productiva dentro de un nuevo paradigma, es que surge la importancia del liderazgo.
Pero, en definitiva, ¿qué es un líder?
El Congreso CREA, realizado esta semana en Córdoba, fue un buen espacio para el debate en el cual se analizó este concepto. Así, con una visión analítica y testimonial, líderes de distintas actividades tanto del mundo de los negocios como del deporte, aportaron su visión a este tema.
Una primera definición, vincula al líder con el poder o con las atribuciones inherentes a un determinado cargo.
Sin embargo, al analizar los testimonios de los participantes del panel “Liderazgo”, surge una idea más práctica y terrenal de lo que implica ser un líder y ésta se apoya sobre algunos pilares, como dar la oportunidad de formarse a quienes exhiban potenciales de liderazgo, potenciar al máximo las virtudes de los dirigidos y que un buen líder hace mejor personas a los demás.
Bernardo Blejmar licenciado en ciencias de la educación y consultor senior de las Naciones Unidas, abordó esta cuestión desde un plano teórico y definió la condición básica de cualquier liderazgo, que implica hacerse cargo frente a una determinada situación.
“Quienes lideran cuentan una historia determinada de su escenario, gestionan acciones y logran ciertos resultados”, afirmó.
Con esta premisa como punto de partida, Blejmar sostuvo que si bien ser líder permite construir poder, lo que diferencia a un buen líder es cómo emplean esta fuerza. “Hay poderes que están para el crecimiento y otros que están en detrimento”, senaló.
Además de liderazgo, el consultor remarcó que también hacen falta referentes que muestren el camino a seguir, situación en donde se refleja “una tensión entre lo que se quiere y lo que se hace para obtenerlo”.
En el camino de construir liderazgo, el consultor enfatizó que las nuevas tecnologías de comunicación hacen que la población cuestione espacios de poder que antes eran intocables, como puede ocurrir, por ejemplo, dentro de la medicina.
Al respecto dijo, hace no tantos años, la palabra médico era irrevocable. En estos días de redes sociales y mayor acceso a internet, los pacientes llegan con opciones al consultorio y pueden arribar a un punto de cuestionar las decisiones del profesional de la salud. Y esta situación es extensiva en muchas otras disciplinas.
“El cargo como fuente de poder ha caído y, en su defecto, estamos apuntando hacia un poder difuso. Ahora quien tiene un conocimiento que otros no poseen cuenta con un espacio de poder”, subrayó.
Para el especialista, la construcción del liderazgo se articula en base a determinados componentes estructurales, como las competencias técnicas, de acuerdo a la posición que ocupa el líder; también se basa en el capital social que posee, es decir, la red de contactos con los que cuenta, y por último el deseo que, según lo definió el consultor, “es el motor que nos mueve”.
Por otra parte, entre los problemas que presenta el liderazgo, y teniendo en cuenta la llegada de las nuevas tecnologías, es que la mayor parte de los conflictos sobrevienen cuando se busca una sola verdad. Para morigerar el impacto negativo de esta postura, Blejmar sostuvo que el líder debe enfocarse hacia un “pensamiento que integre la complejidad”. De esta forma dejó claramente planteado la importancia de la flexibilidad y la adaptabilidad a todo tipo de cambios.
De este modo, este espacio planteado durante el congreso fue un ámbito ideal para discutir fortalezas y debilidades de los liderazgos actuales, dentro de un contexto en el que las nuevas tecnologías en comunicación ganan espacio, hay otros paradigmas productivos y el contexto es muy cambiante. t