A cuidar el “pop corn”
Los fungicidas en el maíz pisingallo son clave. Su aplicación permite aumentar los rendimientos y, sobre todo, mejorar la calidad del grano.
Argentina es el principal exportador mundial de maíz pisingallo, una especialidad cuyos mercados consumidores son bastante estables y demandan mercadería de variadas características y exigencias.
Se trata de un negocio que a nivel local se inició en 1989 y que entre 1998 y 2000 convirtió a la Argentina en el primer exportador mundial, lugar que aun mantiene con unas 230.000 toneladas exportadas.
Para esta campaña, las estimaciones auguran una superficie sembrada de 70.000 hectáreas a nivel nacional, con un rendimiento promedio esperado de 3,8 toneladas por hectárea.
Debido a que el maíz pisingallo no es un híbrido con un buen perfil sanitario, el manejo en este sentido hace la diferencia. Recientemente se conocieron dos trabajos de aplicación de fungicidas para el tratamiento de roya común.
El primer trabajo se llevó a cabo en la localidad de General Villegas, Buenos Aires, y el objetivo fue evaluar la eficacia en el control de la roya común, la respuesta en rendimiento y parámetros de calidad.
En esta experiencia, los técnicos Jonatan Damiani (Establecimiento La Clarita-Estanar) y Daniel Trasmonte (asesor CREA América) no encontraron respuestas significativas en el aumento de los rendimientos, sino que registraron mejoras en los índices de calidad, parámetros que son tenidos en cuenta al momento de definir el precio del grano entregado. Así concluyeron que se incrementaron los rendimientos en 370 kg/ ha, mientras que en términos de calidad, los índices y la cantidad de daños totales tuvieron mejoras considerables, cuando los híbridos fueron tratados con Abacus HC, un fungicida de Basf.
El segundo estudio lo realizó el semillero Basso, de la localidad de Pergamino, Buenos Aires.
También en este caso se trabajó con productos de la compañía alemana y, en este caso, con efectos positivos sobre el rendimiento. La combinación de productos fungicidas destacó el tamaño del grano. En este caso se observó una alta respuesta al tratamiento con Opera en la etapa V9 respecto al mismo tratamiento en VT (panojamiento) para el híbrido susceptible a roya y que se sembró con riego. En él, el rendimiento alcanzó 3.246 kg/ha contra los 2.063 kg/ha del tratamiento testigo. Por último, el control de malezas donde se utilizó la tecnología Convey, tuvo un excelente control y selectividad para el maíz pisingallo.
Aimar Pena, gerente de maíz de Basf, comentó : “El uso de tecnologías en maíz nos permite aprovechar todo el potencial del híbrido y los recursos disponibles, y por último, nos asegura una mejor respuesta a condiciones de stress que pueda sufrir el cultivo”.
En cultivos que requieren un manejo más exhaustivo, la información hace la diferencia.