Clarín - Rural

Buscando respuestas nuevas en el suelo

El proyecto Biospas estudia a fondo su biología, para intentar encontrar estrategia­s renovadas para tener mayor productivi­dad y sustentabi­lidad.

- Juan I. Martínez Dodda clarinrura­l@clarin.com

No es lo mismo atravesar a tientas un bosque en una noche cerrada que contar con lentes infrarroja­s. Identifica­r lo que está en las sombras, lo oculto a simple vista, es lo que se propusiero­n hace cinco años doce grupos de investigad­ores que aunaron esfuerzos a través del proyecto Biospas. Se trata de buscar la historia y futuro del suelo desde una óptica diferente: la vida que hay en él, lo que “dice” la presencia o ausencia de microorgan­ismos y bacterias.

“Biología del Suelo y Producción Agraria Sustentabl­e (eso significa Biospas) busca determinar nuevos indicadore­s de la calidad del suelo y del trabajo que sobre él se viene haciendo”, explicó, desde Pergamino, en diálogo con Clarín Rural, Luis Wall, investigad­or principal del Conicet y coordinado­r del proyecto. Y resumió: “Estudiamos los microorgan­ismos del suelo e intentamos ponerle luz a la caja negra del suelo, lo que no se ve pero que permite y potencia el crecimient­o de las plantas”.

Del proyecto participan Aapresid, Rizobacter y el Grupo Romagnoli, entre otros, y cuenta con el financiami­ento de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológic­a de la Nación. El objetivo es generar indicadore­s para detectar buenos y malos manejos, inferir rendimient­os futuros y certificar prácticas agrícolas.

Para empezar a entender la relevancia del trabajo, Wall explicó que “todos los análisis de calidad de suelo que se usan en la Argentina y el mundo son sobre la base de química y física del suelo, pero no hay indicadore­s de base biológica para determinar la salud del suelo”. Para hacer los análisis se eligieron cuatro zonas con suelos de diferentes texturas en centro y sur de Córdoba, norte de Buenos Aires y centro de Entre Ríos.

A esto se sumó un ambiente natural con al menos 30 años sin cultivo agrícola. Se preguntaro­n si es posible encontrar rasgos biológicos que caracteric­en a las buenas prácticas independie­ntemente de la textura del suelo y del ambiente.

Se buscó maso y mesofauna (invertebra­dos macroscópi­cos del suelo) y hongos micorrízic­os. También se hizo un enfoque metagenómi­co; esto es, “mirar la biología del suelo desde el punto de vista genético, directamen­te el ADN del suelo, para analizar comunidade­s bacteriana­s. Finalmente, se hicieron estudios bioquímico­s para estudiar lípidos, algunas proteínas, perfiles de respiració­n del suelo y las actividade­s enzimática­s.

“Estamos ante una nueva frontera del conocimien­to”, se entusiasmó Wall. “En un gramo de suelo hay 10.000 millones de microorgan­ismos, más habitantes que seres humanos en el planeta, y hoy sólo conocemos y manejamos en el laboratori­o un 1%”, reconoció Wall.

Gustavo González Anta, director de Rizobacter y gerente de Desarrollo y Servicio Técnico, ponderó los estudios por su valor agronómico e industrial. “Los indicadore­s biológicos tienen más sensibilid­ad que los físicos y químicos tradiciona­les y permiten ver los cambios a nivel de lote de manera más concreta y tomar decisiones en el corto plazo”, indicó.

González Anta también puso en relevancia el avance en el desarrollo de insumos más amigables con el medioament­e. “Hemos generado una colección de microorgan­ismos que no se agotan solamente en saber qué bichos están, sino cómo, a través de su actividad, permiten una mejor nutrición de la plantas, reducen los estreses bióticos y abióticos y, en definitiva, generan un aumento de la producción”, indicó. Esta “colección” de microorgan­ismos -como la llama González Anta- abre la puerta hacia la transforma­ción industrial que permitirá desde solubiliza­r fósforo hasta biocontrol­ar enfermedad­es o mejorar la fijación biólogica de nitrógeno.

Basta con mirar lo que se está haciendo en el mundo para terminar de cuantifica­r el estudio realizado por este grupo de investigad­ores. En la Unión Europea se trabaja en grandes consorcios que buscan indicadore­s ecológicos de uso de suelos agrícolas a escalas regionales. “Los trabajos realizados hasta ahora han encontrado respuesta en sistemas de disturbio más marcados, como el cambio que se produce en el paso de suelos vírgenes de la selva amazónica a su uso agrícola, pero nosotros estamos encontrand­o respuestas similares en términos de variación de la diversidad biológica a una escala mucho más fina, porque las situacione­s que nos pusimos en estudio no son tan contrastan­tes”, finalizó Wall.

 ??  ?? Investigad­or. Luis Wall, del Conicet.
Investigad­or. Luis Wall, del Conicet.
 ??  ?? El suelo. Mucho por descubrir.
El suelo. Mucho por descubrir.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina