Apareció un límite para las subas
Fue en el segundo trimestre del año pasado cuando los precios promedio de los cuatro cortes más representativos del consumo de carne vacuna alcanzaron los $ 40, que se habían constituido en una especie de barrera psicológica, lo suficientemente sólida como para frenar la suba.
En abril último, el precio promedio de bifes de costilla había llegado a $ 38, la milanesa a $ 42, el asado a $ 44 y el vacío a $ 45. El promedio era de $ 42,25.
Al mes siguiente, el promedio subió a $ 43,50, pero bajó en julio a $ 41. Así pasaron 8 meses.
Pero esa “barrera psicológica” se ubicó la semana pasada en los 50 pesos, precio al que sólo había llegado el vacío. El promedio de bifes a $ 40, milanesa a $ 44, asado a $ 46/48, quedó en $ 44,50, un 8,5 por ciento por encima de aquel julio de 2012.
La res subió casi exactamente los mismo, ya que pasó de $ 24 a $ 26 ( + 8,3 por ciento).
Y esta barrera psicológica comenzó a hacerse sentir otra vez, robustecida con una alta oferta.
Hasta el jueves se habían vendido en Liniers 23.620 vacunos, 5.045 más (un 27 por ciento) que la media.
Fue la cuarta semana consecutiva con ofertas superiores a la media.
El novillo, que había subido 15 por ciento la semana pasada, bajó 5,8 por ciento para quedar ahora en $ 11,33.
Igualmente, el novillo está todavía $ 1,45 (15 por ciento) por encima de lo que estaba hace 5 semanas, todas con muy buena oferta, y ahora con una demanda que permitió a los bifes acompañar más de cerca, de una larga lista de otros alimentos, pero que habría dicho..., hasta acá. t