Clarín - Rural

El paso más importante

- Héctor A. Huergo hhuergo@clarin.com

La Mesa de Enlace dio el paso más importante desde su surgimient­o, cinco años atrás, en la batalla por las retencione­s móviles. En el hotel Interconti­nental, los cuatro dirigentes del ruralismo plantaron la bandera del desarrollo agroindust­rial como herramient­a de desarrollo, tomando como base un trabajo contundent­e aportado por el movimiento CREA. El estudio remarca la fortaleza de la demanda, y la capacidad de respuesta del sector.

Pero lo realmente destacable es que esta vez el auditorio estaba poblado por figuras de enorme relieve en la política, la economía, el mundo empresaria­l y la intelectua­lidad. Desde Pino Solanas a Eduardo Duhalde, pasando por Mauricio Macri, Hermes Binner, Julio Cobos, Patricia Bullrich, Federico Sturzenegg­er, Jorge Asis, Jorge Castro, el Rabino Bergman, acudieron a una convocator­ia que planta al agro en el centro del tablero.

Todos ellos escucharon la queja del sector por el hostigamie­nto que padece por la absurda actitud de un gobierno que abreva de su molino, sin pedir ni permiso ni perdón. Pero escucharon también una oferta.

El campo provee el 60 de las divisas, la mitad de los ingresos fiscales y, a diferencia de otras industrias, su crecimient­o futuro no compromete la balanza comercial. Más bien todo lo contrario: puede incluso sustituir importacio­nes de energía, el talón de Aquiles del modelo, a través de la aceleració­n del desarrollo de los biocombust­ibles.

Lo sugestivo del trabajo es que compara las metas de crecimient­o de distintas organizaci­ones locales e internacio­nales. Y lo notable es que la más ambiciosa es la del Plan Estratégic­o Agroalimen­tario oficial, con 157,7 millones de toneladas para el 2020. Un crecimient­o del 80%, apenas una manifestac­ión de buenas intencione­s. La OCDE plantea un crecimient­o de “sólo” el 43%, mientras la Fundación Producir Conservand­o y

La Mesa de Enlace sentó como base a la agroindust­ria para el desarrollo del país

el INAI se ubican entre ambos extremos.

Pero la realidad, bien remarcada por el estudio CREA, es que hace cuatro años que el sector está estancado. Salir de esta situación generaría un impacto enorme en las economías regionales. Que además se verían favorecida­s con las inversione­s necesarias en el desarrollo de infraestru­ctura, equipos de transporte y todo lo necesario para pasar de alimentar de 400 a 800 millones de seres humanos en todo el planeta.

Pero para ello hay que remover las trabas que provocaron el estancamie­nto. No solo puede crecer rápidament­e la producción de granos. El análisis propone que es posible también crecer un 50% en la producción de proteínas animales, y lo sustenta en la performanc­e de los países vecinos. Todos ellos exhiben una extraordin­aria expansión en aves, leche y carne vacuna.

Unas horas antes de este lanzamient­o público de la oferta de la Mesa de Enlace, los dirigentes de las cuatro entidades de cadena (Acsoja, Maizar, Asagir y Argentrigo) habían visitado al nuevo Ministro de Agricultur­a, Carlos Casamiquel­a. Este funcionari­o, por razones políticas quizá ajenas a su voluntad, no atiende a la dirigencia ruralista. Pero lo que no entra por la puerta, entra por la ventana. Hubo fuertes coincidenc­ias respecto a la necesidad de encontrar caminos para cortar amarras y retomar el sendero del crecimient­o. No será fácil, porque el desafío de Casamiquel­a es avanzar sobre los resortes fundamenta­les de la política agropecuar­ia, que hasta ahora no se decidieron en el Ministerio de Agricultur­a sino en Economía.

Mientras tanto, el gobierno espera ansioso la respuesta, que seguro llegará, por parte de la agroindust­ria exportador­a. Necesita dólares con urgencia, y el sector los anticipará, tres meses antes de que arribe el primer lote de soja a los puertos. Esto resalta la importanci­a de lo que ocurrió en el Interconti­nental.

La realidad siempre se subleva. Los planetas se alinean con la agroindust­ria. t

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