Los precios vinieron para quedarse
El dato probablemente más representativo de la coyuntura por la que atraviesa el mercado de la hacienda vacuna está dado por el hecho de que los récords alcanzados por todas las categorías en el mercado de Liniers en la rueda del jueves 14 del mes pasado, no volvieron a repetirse.
Podría decirse que con la suba de noviembre, que fue del 15,6% para los novillos (se ubicó en 11,22 pesos el kilo contra 9,71 pesos de octubre), el consumo frenó la valorización. Para que así fuera jugó un rol sobresaliente el aumento de la oferta.
En las últimas siete semanas (todo noviembre y las tres semanas de este mes), se vendieron en Liniers 242.500 vacunos, esto es nada menos que 58.400 más (32%) que la media del mercado.
En términos semanales, se pasó de 26.300 animales vendidos -un número que se estima como normal-- a 34.600 cabezas.
Resultó evidente que los frigoríficos rebalsaron las cámaras, con precios quietos, descontando la fuerte caída que registra la oferta en las dos últimas semanas del año.
El año pasado solo se vendieron en la semana de Navidad 13.800 vacunos, 25.000 menos que lo normal, y los precios subieron solo 3,8%, sin escalada alguna en noviembre.
Aparentemente los precios de estos días vinieron para quedarse, con un novillo a 11,35 pesos de media hasta el jueves último, y el promedio de novillitos y terneros a 12,40 pesos, ambos con mejora del 1% respecto de la semana pasada.
El mercado de hacienda se prepara para descansar por la estacionalidad de la demanda, tras una escalada que vino bien para encarar el 2014. t