La genética suma potencial
Los desarrollos ya muestran el salto productivo. Las buenas prácticas de manejo son clave.
En los últimos años hubo importantes avances en la genética de la soja y el maíz.
Por el lado de la oleaginosa, el principal desarrollo son las variedades con la doble resistencia a glifosato y a insectos lepidópteros y, en el caso del cereal, los avances provienen de la adaptación de los germoplasmas a las fechas tempranas y tardías.
Todos estos aspectos se pudieron ver en una de las tradicionales Campo Líder, de Nidera, que se realizó en el campo del productor Gonzalo Villegas, en Saladillo.
En soja, la niña bonita fue la Súper Soja BT. “Mostramos la diferencia que hay entre una RR1 y la RR2Bt, que en esta campaña es muy evidente debido al gran ataque de insectos”, dijo Claudio Pastor, responsable técnico de Nidera Semillas en la región. Ade- más se conoció de primera mano el mayor potencial de rendimiento que presentan los nuevos materiales de la firma frente a las demás variedades del mercado.
“Con estas variedades, el productor no sólo se ahorra el costo que implica controlar insectos sino que puede obtener rendimientos superiores, de al menos un 7%”, apuntó el técnico.
Por el lado del maíz, los productores apreciaron el comportamiento de híbridos sembrados en fecha temprana y tardía.
Se pudo ver que la estrategia de diversificación permite alcanzar un mismo promedio de rinde. El piso en la tardía (de 6.000 kg/ ha, aproximadamente) siempre es más alto que en la temprana (de 3.000 kg/ha). Sin embargo, el techo es más alto en la temprana (12.000 kg/ha) que en la tardía (10.000 kg/ha). Pero la tardía, tiene más estabilidad”, concluyó Pastor.