El trigo, una herramienta que mejora el balance hídrico
En Córdoba piensan en el cereal para manejar el ascenso de napas.
Según información histórica del INTA Marcos Juárez, Córdoba, desde la década del 70 la disponibilidad de agua en la napa de esa región ha aumentado y caído en forma cíclica dependiendo de los períodos húmedos o secos, pero la tendencia global muestra un aumento de 17 centímetros por año.
En ese contexto, un grupo de instituciones de esa localidad cordobesa presentó un informe con datos que permitirán lidiar con las napas altas y hacer un mejor aprovechamiento estratégico del agua, convirtiendo una amenaza en una oportunidad productiva y de rentabilidad. La clave, aseguran, está en los cultivos invernales.
“No es que está lloviendo más. Desde 1965 a la fecha se alternaron períodos más secos y más húmedos, pero los registros se mantienen con una media de 860 milímetros para la región, y la evapotranspiración para la zona es de alrededor de casi 1200 milímetros. Esto nos llevó a pensar en el uso del suelo”, explicó Santiago Reinaudi, parte del grupo de técnicos que trabajan en la búsqueda de información. Luego detalló: “Estamos evaluando un área de 110.000 hectáreas y viendo cómo se maneja el agua del perfil, por escurrimiento superficial, por la lluvia local y por escurrimiento de napa freática”.
Actualmente, según el especialista, la ecuación entre las precipitaciones, la evapotranspiración, el consumo de los cultivos y la infiltración en el suelo arroja un excedente de 300 milímetros de agua por año.
En la búsqueda de soluciones, la utilizición de canales aparece como una opción de doble filo, ya que como señaló el productor Rogelio Fogante, “en muchos casos los canales han sido depresores de napa y generaron en tiempos de sequía problemas más serios de
Manteniendo el suelo cubierto además se mejora la estructura
los que se buscaba arreglar”. Por lo tanto, un sistema de canales debería ser diagramado y administrado correctamente, con estudios previos, para que expulsen la mínima cantidad de agua que no puede ser infiltrada por los suelos o utilizada por los cultivos.
Pero la herramienta clave para el manejo del agua, y que el grupo de instituciones impulsó recientemente en un evento en el INTA Marcos Juarez, son los cultivos invernales, cuya superficie cayó mucho en los últimos años por la retracción del trigo.
Según resumió Reinaudi, con opciones como el trigo, las pasturas y los cultivos de cobertura es factible bajar el nivel de la napa y evitar la inundación. “Además favorecen el control de malezas difíciles, mejoramos la estructura del suelo y capacidad de infiltración, evitamos erosión hídrica y acumulación de agua en zonas bajas, mejoramos la situación de los caminos, evitamos incendio de rastrojos, generamos mayor movimiento a la economía y mejoramos el balance de carbono”, afirmó.
“El trigo es el cultivo que mejor tolera las napas altas”, añadió Cristian Cazorla, del área Suelos del INTA Marcos Juárez, quien colocó al cereal como la alternativa cuando la napa está entre los 0,7 y 2 metros de profundidad. En cuanto a los cultivos de cobertura, que junto con las pasturas y el trigo son el menú de siembra invernal, Cazorla los puntualizó para condiciones donde la napa supera los 2 metros: “Las principales funciones de los cultivos de cobertura en estos ambientes no son deprimir la napa sino generar un consumo en el perfil, bajar el contenido hídrico, aportar raíces, materia orgánica y por ende mejorar la infiltración del suelo, evitando enviar agua de escurrimiento hacia zonas más bajas”.
Respecto a las pasturas, el técnico sugirió que su lugar pueden ser las zonas bajas donde se recibe el aporte de agua de otros lados: “En esos espacios puede plantearse pasturas permanentes hasta que se cambie esta situación de napas muy elevadas” dijo, mencionando la información disponible sobre alfalfa, grama rhodes y agropiro alargado en diferentes condiciones de napa y contenido salino.
Las cartas están, ahora hay que jugarlas. t