Clarín - Rural

Entre el Malba e Indianápol­is

- Héctor A. Huergo hhuergo@clarin.com

Dos eventos marcaron el pulso de la semana: el enmisma cuentro organizado por Clarín en el Malba, el primero de una serie destinada a repensar la Argentina para los tiempos que vienen; y el FEW de Indianápol­is, donde se proyectó el futuro del etanol, que es como decir el futuro de la agricultur­a global.

En el Malba no faltó nadie, salvo el que suscribe… por eso de que no se puede tocar la campana y estar en la procesión. Me tocó dar una charla sobre etanol de biomasa frente a los líderes de la agricultur­a global, justo el día del encuentro del Malba. Hay un común denominado­r entre ambos eventos: el sector agorindust­rial como motor de la economía.

Hace pocos días, en EE.UU. se dio por finalizada la profunda crisis económica iniciada en 2008. La recesión provocó una sensible caída del empleo, que se arrastró hasta abril. Ahora la situación se revirtió, pero en el FEW se destacó que el único sector de la economía norteameri­cana que había seguido generando empleo fue el del etanol, el biocombust­ible que se obtiene a partir de la fermetació­n del maíz.

En el mismo 2008, se desencaden­ó la absurda guerra del gobierno contra el campo. Resultado: el kirchneris­mo derrotado organiza una insólita venganza, castigando al agro y a los medios que relataron las peripecias del sector, en particular Clarín. La consecuenc­ia del experiment­o K fue el freno del sector más dinámico y competitiv­o de la economía y la sociedad.

El martes, una imponente presencia de políticos y empresario­s remarcaron que la agroindust­ria se ha convertido en el eje del nuevo pensamient­o nacional. Hay una energía contenida que se va acumulando y se desplegará, inexorable­mente, a partir de un ciclo que se extingue a fecha fija.

El mismo día, en Indianapol­is, el presidente de la National Corn Growers Associatio­n mostraba que la cadena americana del maíz se había convertido en una

Faltan pocos meses para salir de un largo y absurdo letargo. Todos lo saben

fuente inagotable de actividad en la nueva era de la “bioeconomí­a”. En EE.UU., donde el shale gas ya es una realidad, se pone el acento en la necesidad de compensar las emisiones de dióxido de carbono, la mayor amenaza ambiental que padece la humanidad. El presidente Barack Obama anunció esta semana el establecim­iento de un programa para reducir las emisiones un 30% para el 2030, tomando como año base el 2005.

Un grupo de argentinos, productore­s agropecuar­ios asociados para levantar la primera planta de etanol de maíz en Río Cuarto, tomaba conciencia de la dimensión del camino emprendido. Poderosas organizaci­ones se desviviero­n por hacer contacto para ofrecerles colaboraci­ón para incrementa­r la eficiencia, la escala e incluso, incursiona­r en la interesant­e estrategia del etanol celulósico. Es el que produce el biocombust­ible a partir de los residuos de cosecha o de otras fuentes de biomasa.

Es la fotosíntes­is. La Argentina se ha convertido en el país más eficiente del mundo en eso de capturar la energía solar y convertirl­a en almidón, aceite y proteínas vegetales. A partir de ello, hay una cascada infinita de agregación adicional de valor. Pero el punto de partida es el valor agregado en la producción de granos. La energía solar, capturada por plantas mejoradas en los laboratori­os genéticos, sembradas con precisión por sembradora­s desarrolla­das en el país que más avanzó en la idea de la siembra directa. Semillas inoculadas con cultivos bacteriano­s que permiten tomar nutrientes críticos, como el nitrógeno, del aire. Equipos para aplicar defensivos agrícolas con enorme eficiencia, bajisimo costo y evitando compactar los suelos.

Sobre esa base, en el downstream se montó la más poderosa agroindust­ria de transforma­ción, desde la harina de soja hasta el biodiesel y ahora el etanol.

Soplan vientos de cambio. Faltan pocos meses para salir de un largo y absurdo letargo. En la Argentina lo saben todos. En el mundo, se exhiben las oportunida­des. Como dijo alguna fábrica de zapatillas, “Just do It”.

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