Ahora, van por más
El productor Carlos Saravia recuerda como empezó todo en el campo San Simón, allá por el año 2006. Un grupo inversor norteamericano recorría nuestro país en busca de campos para extender sus negocios. “Vinieron a Salta y quedaron enamorados de San Simón, que fue el primer campo que les ofrecieron”, explicó. La primera compra fueron 5.000 hectáreas, a orillas del dique Cabra Corral, un enorme espejo de agua de 11.000 hectáreas, el segundo más grande de Argentina. Esta reserva de agua, además de brindar riego al sur salteño, extiende sus beneficios a Santiago del Estero y Santa Fe. Después empezaron a anexar superficie de establecimientos vecinos, hasta alcanzar las actuales 50.000 hectáreas. El proyecto empezó sin animales y en una superficie cuya única característica era la improductividad. Acondicionaron el terreno, ensayaron con pasturas y así llegaron a las actuales 2.000 hectáreas ganaderas. Pero en base a la gran superficie disponible, el proyecto en el mediano y largo plazo es extenderse hasta llegar a las 10.000 hectáreas de alta carga animal, con un plantel de vientres que oscilaría entre los 8.000 y 9.000 ejemplares. Según estimó el administrador, la idea es crecer a un ritmo de 500/600 hectáreas anuales. El potencial es enorme, y no solo por la cantidad de hectáreas: un elevado porcentaje del consumo de carne en Salta proviene de otras provincias, y frente a este escenario, la oportunidad de crecimiento es significativa. “Apostamos a ser una fábrica de terneros”, resumió.