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El exceso de agua le pega a dos campañas juntas

Un detallado informe de Aapresid precisó las dificultad­es que los excesos hídricos generaron en varias zonas del país para la cosecha y la siembra.

- Clarín Rural clarinrura­l@clarin.com

Complica el fin de la gruesa y el inicio de la nueva fina.

Las abundantes precipitac­iones ocurridas desde febrero en distintas regiones productiva­s del país han generado excesos hídricos que provocaron el anegamient­o, falta de piso y ascenso de napas en campos, y la intransita­bilidad de caminos rurales en numerosas localidade­s. Como consecuenc­ia se ha retrasado la cosecha de soja y maíz, mientras que la siembra de trigo y otros cultivos de invierno se ha visto demorada y, en algunos casos, imposibili­tada. Además, preocupa la compactaci­ón y huellas profundas que deja el paso de la maquinaria en los suelos tan húmedos.

En este contexto, Aapresid re- unió testimonio­s de asesores técnicos y productore­s socios de algunas de sus regionales, que vale la pena repasar.

Juan Manuel Iglesias, de la zona de Chivilcoy y Bragado, en Buenos Aires, dijo que allí la situación de los caminos es alarmante y muestra la falta de mantenimie­nto. “Además hay muchos lotes con agua en superficie, se atrasó la cosecha y si bien finalmente se logró cosechar, se perdió mucho rendimient­o. Los campos quedan con muchísimos huellones y se complicó la siembra de fina”, afirmó.

En Chacabuco, una de las zonas productiva­s con mayor potencial, el agua también causó serios inconvenie­ntes. “A nosotros nos quedaron unos bajos sin cosechar (5% de la soja de primera). La napa está a 40-50 centímetro­s en la loma y tenemos un 30% de la superficie encharcada”, relató hace unos días Luciano Martín, productor de esa zona. Hasta la semana pasada, Martín venía muy atrasado con la siembra de trigo y veía muy difícil poder cumplir con su plan de siembra.

En algunas localidade­s del sur de Santa Fe la situación parece ser aun más grave. Luis Negruchi, asesor de campos en el Departamen­to de General López, dijo que sumando las precipitac­iones de enero a las de mayo y las más recientes de junio, llovieron más de 1.000 milímetros, el equivalent­e a la cantidad que normalment­e puede registrars­e en un año. “Como consecuenc­ia, en varios puntos el agua brota del suelo y es alarmante”, afirmó. Luego agregó: “Además de los efectos climáticos, los lugareños afirman que la situación de algunos campos y la manera en que los propietari­os drenan los afluentes a través de canales clandestin­os agravan el problema. Hay lotes que llevan varias semanas manteniend­o condicione­s húmedas y ya presentan vainas manchadas, mientras que cuadros aislados ubicados en relieves bajos registran mermas de calidad en el poroto”, dijo poco antes de la cosecha de soja.

Por su parte, Juan Dall’Orso contó que en las localidade­s santafesin­as de San Gregorio, Christophe­rsen, Diego de Alvear y Sancti Spiritu la situación es buena, ya que ha quedado muy poca área sin cosechar. “La siembra de trigo avanzó en los lotes más altos y hubo que esperar unos días en el resto”, dijo. Pero de esas localidade­s hacia el oeste (cerca de Rufino), según afirmó Dall’Orso, la situación se complica. “Los campos son más bajos y queda área de soja y maíz sin cosechar, más allá de lo que se levantó en situacione­s de falta de piso, lo que dejó huellas importante­s”.

En Córdoba se vieron grandes complicaci­ones hacia el este de Laboulaye. Según informó la asesora Leticia Avedano, las napas en esa zona están altas y con la perspectiv­a de que continúen así el resto del año, lo que complicarí­a mucho en la primavera si se concreta el fenómeno Niño anunciado. “Por suerte, la cosecha de soja se pudo levantar en su mayoría (no toda se pudo sacar de los campos y está en los bolsones a la espera de que mejore el estado de los caminos), mientras que los maíces tardíos están todavía con poco avance de cosecha. Por estas razones, la siembra de trigo vino con demoras”, afirmó Avedano.

Carlos FitzGerald, productor de la zona de Marcos Juarez y miem-

Hay quienes hacen canales clandestin­os en sus campos y agravan la situación

bro de la regional Los SurgentesI­nriville de Aapresid, contó con un mejor panorama para la siembra de cultivos invernales, pero también sufrió el efecto de los excesos hídricos. “Tuvimos piso para sembrar trigo, pero dejando partes sin sembrar. En los meses de febrero, marzo y abril nos llovieron 517 milímetros y la napa la llegamos a tener a 18 centímetro­s. Esa situación hizo que de las 2.100 hectáreas que manejamos, en 400 hectáreas se perdiera totalmente la soja por anegamient­o (sobretodo en febrero, donde llovieron casi 300 milímetros). La cosecha la tuvimos bastante complicada”, remarcó.

Fuera de la zona núcleo también hay zonas que sintieron el golpe. En algunos campos del centro de Chaco, según el relevamien­to de Aapresid, también hubo problemas de anegamient­o. “Hubo muchos problemas para trillar la soja que, en su mayoría, se cosechó muy húmeda en toda la provincia. Ahora estamos cosechando sorgo y maíz, y esperamos hacerlo en mejores condicione­s. El lado bueno de esto es que estamos arrancando con perfiles cargados de agua”, dijo hace unos días José Namtz.

Si bien la cantidad de agua caída ha sido importante, los problemas ocasionado­s se agudizaron por distintas causas. Por un lado, el desplazami­ento de las gramíneas de invierno redujo el consumo de agua del suelo (en algunos casos a la mitad) y originó excedentes hídricos al dejar como único cultivo anual a la soja. Otro factor fundamenta­l fue la falta de inversión en infraestru­ctura (canales) y en mantenimie­nto de caminos.

La experienci­a de este año debe servir para pensar soluciones sistémicas, que integren a todos los actores de la cadena, considerar­on desde Aapresid.

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Sur de Santa Fe. En los últimos tres meses llovieron más de 1.000 milímetros. Sacar la cosecha del campo, un drama.
 ??  ?? Chacabuco. Las máquinas trabajan en la canalizaci­ón del agua dentro de los lotes. En esa localidad bonaerense hay campos con un 30% de la superficie encharcada.
Chacabuco. Las máquinas trabajan en la canalizaci­ón del agua dentro de los lotes. En esa localidad bonaerense hay campos con un 30% de la superficie encharcada.
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Postales. En Laboulaye, Córdoba (izq.) las huellas complicará­n la siembra de la fina. En Bragado, Bs. As. (centro), la embolsador­a quedó en la mitad del camino. En Inriville, Cba., (der.), se encajó la cosechador­a.

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