Qué puede pasar con las ventas de soja este año
El autor sostiene que las ventas de la oleaginosa para el período julio-diciembre podrían ubicarse en un piso de 18/19 millones de toneladas y en un techo de 22/23 millones. Y analiza en detalle los factores que podrían impulsar a retener el producto y aq
Un análisis a fondo sobre su impacto en la economía.
De acuerdo a estimaciones propias basadas en estadístinos cas del ministerio de Agricultura de la Nación, se habrían vendido aproximadamente 21,5 millones de toneladas de soja de la campaña 2013/2014 hacia fines de junio (sólo operaciones con precio cerrado), incluyendo tanto las compras declaradas de la exportación como las de la industria.
Si el volumen total de la campaña se confirma en una cifra cercana a las 55,5 millones de toneladas (tal como proyectan las Bolsas), un récord histórico, las ventas acumuladas a la fecha antes referida representarían el 39% de la producción.
En perspectiva histórica el ritmo de las ventas se encuentra por debajo de campañas anteriores, tanto en términos absolutos (toneladas) o en relación a los volúmenes producidos. La media de ventas de las últimas 7 campañas se aproxima a las 23 millones de toneladas para similar período y el porcentaje comercializado de producción ha promediado el 52%.
Lamentablemente, el rezago de las ventas complica más aún el nivel de actividad de la economía, resentido por las turbulencias cambiarias de enero, el ajuste en el poder de compra de los salarios, la fuerte caída en la confianza de consumidores e inversores, y los problemas de la economía de Brasil, entre otras razones.
El año pasado se vendieron unas 17 millones de toneladas de julio a diciembre. ¿Se venderá más o menos soja en la segunda mitad de este año? En principio el flujo debería ser superior. Primero, por el volumen de producción, 13% por encima del ciclo 2012/2013. Segundo, porque en las últimas 7 campañas se llegó a fines de diciembre con un promedio de 40 millones de toneladas vendidas (38,7 millones en el 2013). De repetirse el patrón este año, implicaría un flujo de ventas de 18,5 millones en julio-diciembre. En tercer lugar, porque el financiamiento bancario y comercial de la próxima campaña gruesa saldrá bastante más que en años anteriores. Por último, porque los precios internacionales sugieren vender en los próximos meses, la soja y la harina de soja valen me- a futuro que en el presente.
De todos modos, hay factores pro retención que pueden nivelar la balanza, introduciendo una alta dosis de incertidumbre en la decisión final. Uno de ellos es la necesidad de conservar el capital (excedente o capital de trabajo) en activos que resguarden la inflación. Opciones no sobran. Por un lado, las tasas de interés que remuneran plazos fijos siguen siendo negativas. Por el otro, la restricción de compra de divisas y la presencia de una brecha cambiaria del 40% contribuyen a mantener la tenencia de activos dolarizados hasta último momento, postergando decisiones de consumo e inversión. Adicionalmente, el negocio inmobiliario se encuentra en caída desde hace un par de años sin encontrar aún piso firme.
En síntesis, hay mucha soja todavía sin vender y la economía argentina requiere de mayores ventas para amortiguar su caída. Por cada millón de toneladas que los productores venden, ingresa al circuito económico un flujo de $ 2.500 millones (a precios de hoy), que si bien no alcanza para salvar la economía de la recesión sí puede ayudar a sostener la actividad en particular en las regiones del interior.
Las estimaciones sugieren que en el segundo semestre del año las ventas pueden estar en un rango de entre 18/19 y 22/23 millones de toneladas, en el que el límite superior puede lograrse si terminan pesando relativamente más los factores pro venta. t