Los recursos hídricos, clave de la producción del futuro
En el congreso de Aapresid, en agosto, habrá un Simposio del Agua, para analizar cómo usar de forma eficiente un “insumo” cada vez más escaso.
Según la Organización de las Naciones Unidas, la mitad de la población mundial sufrirá escasez de agua para 2030. En quince años más, la brecha entre la disponibilidad y la necesidad de este elemento vital será del 40%. Por eso, producir en forma sustentable, haciendo un uso eficiente del agua es hoy uno de los principales desafíos de los agricultores argentinos.
Esto se debe a que los ecosistemas naturales y la agricultura son los mayores consumidores del agua dulce de la Tierra. Y las apropiaciones de agua procedente de los ecosistemas se han intensificado con el crecimiento poblacional, la expansión de la agricultura bajo riego y la creciente presión para transferir agua desde las zonas rurales a las urbanas.
La Argentina, con una superficie en siembra directa que ronda el 90% -la gran mayoría en secano-, es uno de los países más eficientes en el uso del agua. Este sistema, a través de la ausencia de labranzas y el suelo cubierto con rastrojos, permite que se pierda menos agua por escurrimiento y evaporación y, al mismo tiempo, aumenta el ingreso de agua en el suelo para consumo de los cultivos. Pero no hay que confundir: no es lo mismo llevar adelante un sistema de siembra directa que sembrar directamente.
El primer caso contempla la rotación de cultivos y el ajuste del manejo nutricional como dos prácticas claves para eficientizar el uso del agua. Además, implica ajustar la intensidad de la rotación a la realidad climática y productiva de cada zona, para aprovechar toda el agua almacenada y maximizar la producción.
Hacer un uso apropiado del agua es sinónimo de sustentabilidad. Se estima que se necesitan 1.300 litros de agua para producir 1 kilo de soja; 1.000 litros de agua para conseguir 1 kilo de trigo; 800 litros para 1 kilo de maíz; y 13.000 litros para lograr 1 kilo de carne vacuna. En consecuencia, se debe hacer un manejo ajustado para conservar el recurso y transformar con la mayor eficiencia cada gota en alimento.
Es necesario reconciliar las demandas de agua con el fin de mantener las funciones de los ecosistemas, la producción de alimentos y el consumo humano. Hallar dicho equilibrio es particularmente importante en los países en los que la agricultura y el entorno natural son los principales motores de crecimiento.
Con ese objetivo, durante el XXII Congreso Anual de Aapresid, “La Misión”, tendrá lugar un Simposio del Agua del que participarán el ingeniero Luis Loyola, representante de la FAO en Chile y líder del proyecto Estudio de Ampliación de Riego en la Argentina; el ingeniero José García Serrano, profesor investigador del CEDEX España, jefe de Proyectos de Riego; y el ingeniero José Morabito, responsable del programa
La siembra directa reduce las pérdidas por evaporación y escurrimiento
de Riego y Drenaje del Instituto Nacional del Agua (INA).
En la actualidad, existe la necesidad de aumentar la productividad del agua en la agricultura. La siembra directa muestra el camino. Es preciso introducir estrategias de ordenamiento de los recursos hídricos con programas destinados a mejorar la eficiencia en el uso de un recurso estratégico.
Los sistemas de canalización del riego a presión unidos a las tecnologías de regadío localizadas y al fomento de producciones agrícolas de alto rendimiento deberían formar parte de tal estrategia. Además, el acopio, tratamiento y reutilización de las aguas residuales urbanas para la producción agrícola junto a programas de seguimiento, protección sanitaria y educación destinados a tal fin, ofrecen nuevas oportunidades para el regadío en condiciones de escasez de agua. t