Los alimentos argentinos miran a China
En un seminario en Buenos Aires, se analizó el impacto en el agro de los cambios que vive ese país.
Pasaron casi diez años desde la última visita de un presidente chino a la Argentina. El inminente arribo de Xi Jinping a nuestro país abre una discusión entre funcionarios públicos y académicos sobre el rol que debería jugar la Argentina para garantizar la seguridad alimentaria global y el papel del agro en la construcción de una relación integral.
El tema se abordó en un debate que se desarrolló esta semana en la Fundación OSDE. Zhai Chengyu, consejero Económico y Comercial de la embajada de China en la Argentina, dijo que “el desafío en la relación es romper con el desconocimiento”.
China es el segundo socio comercial de la Argentina y es el principal destino de nuestras exportaciones agropecuarias. Además, es la primera economía del mundo en términos de capacidad de compra doméstica.
Jorge Castro, del Instituto de Planeamiento Estratégico, sostuvo que “la importancia de China no es nacional, no se refiere a su población, a su tamaño, a su producto interno; representa una nueva estructura de la economía mundial”.
Atrás de estos fenómenos del crecimiento del consumo doméstico, existe también el surgimiento de una gigantesca nueva clase media.
Según Fernando Villela, director del Programa de Agronegocios y Alimentos de la Facultad de Agronomía de la UBA, el autoabastecimiento de China es un elemento central.
“El consumo por cada uno de los habitantes que está en las ciudades es más del doble que la misma persona que está en el ámbito rural y esa diferencia tiene mucho que ver con estas reestructuraciones de productos y demandas que este país modifica. Cada vez que alguien pasa del sector rural al urbano consume menos maíz, menos arroz, menos trigo, y más papa, más carne vacuna y mucha más especialmente de peces, que es la proteína más consumida per cápita en China”, dijo Vilella.
“En términos de cuanta carne se importó y exportó en China, lo que observamos es que el déficit pasó de 1 millón de toneladas a 1,5 millones de toneladas en sólo dos años. Este crecimiento y esta conformación de una nueva sociedad con acceso a un consumo diferente están muy claro”, agregó. Y consideró que “esto es muy relevante para aquellos países que producimos alimentos, porque todo lo que produzcamos nos lo van a comprar”.
Esta nueva realidad internacional, en temas económicos y comerciales, despierta un gran interés académico. Por eso, allí están mucho de los pensadores fundamentales para dar entender cómo moverse hacia el futuro en la relación con China y con Asia.
Para Vilella, “lo más relevante que está pasando en China está en el sistema educativo, en todos los niveles. Tengamos en cuenta que hay 200 millones de personas en los diferentes niveles de la educación; que este año ingresaron 4 millones de estudiantes a las universidades; y que tienen una dotación de 37 millones en el sistema universitario. Lo más importante es que del 30% al 40% de los estudiantes ingresan a las carreras tecnológicas e ingenierías. Entonces la gran pregunta es ¿cómo competimos contra 20 millones de ingenieros?”.