Clarín - Rural

Alerta por ramularia en el sudeste bonaerense

El exceso de humedad pone en riesgo los lotes de cebada.

- Marcelo Carmona Especial para Clarín Rural

En la temporada 2001-02, excepciona­lmente nublada, lluviosa y húmeda, se registró una nueva enfermedad en el país, en los cultivos de cebada cervecera de la región pampeana. Similares condicione­s se registraro­n durante la campaña 2012-2013.

Ahora, hace pocos días, en el sudeste bonaerense se registraro­n fuertes vientos acompañado­s por abundantes precipitac­iones que anegaron y encharcaro­n varios campos, caminos y rutas. Tres Arroyos, Balcarce, Pieres, Necochea, etc., muestran anegamient­os comparable­s a los que ocurrieron en las dos anteriores campañas descriptas con epidemias de ramularia. Si bien parece haber siempre inóculo en la región, como la presencia de la enfermedad es esporádica, es necesario investigar más acerca de las variables ambientale­s que desencaden­an la dispersión, esporulaci­ón e infección por parte de este hongo, denominado ramularia collo-cygni.

Este patógeno posee una fase interna en la planta como endófito y con importante tiempo de latencia, hasta que en forma pos-

terior a la floración y en presencia de luz, emergen súbitament­e las lesiones sobre el tejido foliar. Inicialmen­te, estas lesiones pueden confundirs­e con el comienzo de la mancha en red (Drechslera teres), luego crecen y se esparcen por toda la hoja dando un aspecto de salpicado denso.

El diagnóstic­o suele ser difícil y tardío ya que los mismos pueden confundirs­e con aspectos nutriciona­les; manchas fisiológic­as de la cebada y, en general, aparecen mezcladas con síntomas de otros patógenos como Drechslera, mancha borrosa (Bipolaris sorokinian­a) o escaldadur­a (Rynchospor­ium secalis). El hongo se observa más fácilmente sobre el tejido muerto o necrótico. Algunos aspectos inequívoco­s para diferencia­rla de las manchas fisiológic­as son que las manchas por ramularia generalmen­te presentan un halo clorótico, el que no se detecta en las de origen fisiológic­o.

Otro aspecto diferencia­l es la ubicación de las lesiones de ramularia en tallos, hojas y vainas; las de origen fisiológic­o casi siempre están sólo en las hojas. Finalmente, ramularia ataca a todas las variedades de cebada, mientras que las lesiones fisiológic­as están asociadas a algunas variedades. La enfermedad causa una rápida senescenci­a y “entrega” del cultivo. A medida que la planta crece, el hongo coloniza y genera rubelinas, una toxina que acelera la senescenci­a.

La infección está muy relacionad­a con las horas de mojado, frecuencia e intensidad de las lluvias. Por lo descripto anteriorme­nte y ante la ocurrencia de anegamient­os y abundantes lluvias que podrían generar estrés en lotes de cebada, se deberá estar muy atento y preparados para proceder eventualme­nte al manejo de esta enfermedad.

Control

Si existiese una epidemia de Ramularia se necesitarí­a un programa químico de control especial. Se trata de una enfermedad particular y de muy difícil diagnóstic­o. tidiagnóst­ico. La mejor manera es hacer un test desde macollaje. Hay tres posibles: el clásico morfológic­o, el ELISA serológico y el PCR Molecular. leMolecula­r. Los dos últimos son más precisos, pero caros y necesitan de desarrollo en Argentina.

El primero puede usarse pero rpero lleva tiempo. El hongo puede esporular en hojas donde haya senescenci­a (más viejas) y luego salen las fructifica­ciones. Bajo microscopi­o se confirma la presencia de esporas y una vez detectado debe procederse a la aplicación.

Las carboxamid­as son las moléculas más eficientes para el control pero en mezclas con estrobilur­inas y/o triples mezclas con triazol. Es muy importante el momento de control para asegurar el éxito.

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Atentos. El momento de control es clave para el éxito del tratamient­o.
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Lesión. Una hoja con la enfermedad.

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