La precisión, una característica distintiva del manejo
Las tres cabañas lideradas por los Bustingorri buscan un biotipo específico de un animal moderado con un animal de bajo peso al nacer (30,5 kilos), con una fertilidad superior a otras líneas y buscando más kilos al destete y en el crecimiento. “Por ello es fácil acceder y realizar exitosamente el servicio precoz y posibilitar el engrasamiento y terminación a campo con el objetivo de mejorar la carcasa y la calidad de carne”, explica Bustingorri. Así han logrado excelentes resultados de corrección estructural (aplomos) que redunda en toros que duran muchos años, sin problemas estructurales ni de pezuñas y las vacas son jóvenes hasta los doce años pudiendo luego obtenerse varios terneros más. En lo que respecta a la carcaza, el objetivo fue aumentar la musculatura, mantener la grasa (asociado a la fertilidad en la hembra) y mejorar la grasa intramuscular. “Aún en nuestro país no existe un diferencial de precio por el mejoramiento de la res, pero estamos convencidos que debemos innovar en este sentido”, dicen los hermanos Bustingorri. En lo que respecta a la facilidad de parto, destacan que “se puede tener un ternero de bajo peso al nacer y producir novillos de exportación (más de 450 kilos a la venta). Asimismo, coinciden en que el servicio de 15 meses “es una técnica transformadora que aumenta la eficacia de la ganadería”. Angus es la raza más hábil para desarrollar la técnica. Finalmente, ponderan los resultados obtenidos con la inseminación, pero a partir de una técnica específica. “Lo tenemos probado en rodeos propios y ajenos: usar un período corto de inseminación artificial de 35 días, y sincronizar luego el 15-20% que no entró en celo, de esta forma sembramos el 100% de nuestras hembras con resultados cercanos al 85-90% de preñez y luego se hace un repaso de unos 35 días”.