La asociación que reúne a la cadena sojera cumple 10 años
La entidad que la nuclea, Acsoja, cumple 10 años y destaca en un informe el liderazgo mundial del país en un negocio clave para el futuro global.
En un informe, destaca el gran avance y el potencial del sector.
En los ’70, la soja era prácticamente experimental. Pero hoy ocupa la mayor parte de la superficie agrícola argentina, genera el 25% de las divisas obtenidas en concepto de exportaciones, y está presente en unos 1.000 productos que los argentinos compran en el supermercado. Y pese a todo esto, tiene mucho potencial para seguir agrandándose.
De una punta a la otra del negocio, es en la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (ACSOJA) el escenario en el que este gran complejo establece sus consensos y se proyecta hacia el futuro, en el cual quieren hacer poco en sus efectos positivos.
A diez años de su formación, la entidad llevará a cabo un encuentro del que participarán importantes referentes institucionales, empresariales y técnicos, en torno a tres paneles temáticos: el significado de la soja en la última década y los próximos diez años desde la perspectiva, por un lado, de la agroindustria y, por otro, del sector de la producción, ciencia y técnica, insumos, comercio y servicios. Todo esto se debatirá el jueves próximo en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
“El cultivo de la soja, su industrialización, comercio y los mercados de consumo, son una actividad relativamente moderna a nivel mundial. De los principales países productores, la Argentina es el más joven”, contó Rodolfo Rossi, presidente de ACSOJA.
Y agregó que en el país es una de las cadenas más competitivas en términos tecnológicos, productivos y de generación de divisas. Esto se explica por la aptitud agroecológica para el desarrollo del cultivo, la adopción constante de innovación y mejora tecnológica, tanto en la producción como industrial, y el elevado saldo exportable en razón del bajo consumo interno.
Esas características distintivas empujaron fuertes inversiones que llevaron a que la Argentina sea hoy el país que más valor agrega al poroto de soja. Estados Unidos lo exporta tal cual en un 60%, le sigue Brasil con algo menos y luego viene la Argentina, reconocida por contar con uno de los complejos industriales más desarrollados.
“De hecho, es mayor la capacidad de procesamiento que las producciones que estamos logrando en los últimos 4 años. En ese mismo período, la Argentina se convirtió en el primer exportador mundial de biodiésel”, destacó Rossi.
De un relevamiento realizado por ACSOJA en supermercados argentinos, surge que hay 1.018 productos que contienen soja o algún derivado. El ingrediente más frecuente es la lecitina de soja (sumando también el rubro leche en polvo, crema de leche en polvo y cacao, que contienen lecitina). Además, se encuentra proteína vegetal en medallones de carne y embutidos, bizcochuelos y budines, caldos y mezclas para preparar bizcochuelos. Hay aceite vegetal en snacks, panes y tostadas, mayonesas y conservas de pescados y mariscos. También se encuentra el grano en jugos y en salsa de soja.
Pero los usos de la oleaginosa no se acaban en la industria alimenticia para el consumo humano o animal (el más difundido, por cierto). También avanzan en la industria oleoquímica. Por ejemplo, Ford aumentó en EE.UU. el uso de materiales alternativos para disminuir el impacto en el medio ambiente. Presentó, junto a Lear Corporation, un nuevo apoyacabezas compuesto en un 25% de espuma de soja, material que es hasta un 24% más renovable que la espuma basada en petróleo y que reduce en un 67% las emisiones de compuestos orgánicos volátiles logrando con esto disminuir sus emisiones de dióxido de carbono.
En la misma industria crecen los lubricantes a base de soja, que son tan buenos como los derivados del petróleo, pero pueden soportar mayores temperaturas. Además, no son tóxicos, son renovables y no contaminantes.
Por último, la soja también se usa en la industria cosmética y abre un nuevo espacio para las espumas, solventes, resinas y polímeros, todos desarrollos que están vírgenes y que pueden generar nuevos trabajos.
Luis Zubizarreta, vicepresidente de ACSOJA, opina que es estratégico para el país desarrollar las herramientas necesarias para agregar valor a la producción agrícola. “Claramente, Argentina tiene ventajas comparativas en la producción de alimentos y una gran chance de liderar esta industria que se va transformando en un sector clave para el mundo en el siglo XXI”, planteó.
En su opinión, existe una puja con los países compradores de granos que lógicamente aspiran a comprar materia prima y agregar valor localmente; para ello utilizan diversos tipos de herramientas, registros de importación de difícil obtención a productos con valor agregado, así como diferenciales arancelarios a favor a la importación de materias primas, entre otros. “Nuestro país debe hacer el esfuerzo con claras y persistentes políticas de Estado para agregar valor en origen, ya que cuantos más eslabones agreguemos a la cadena, más empleo, inversiones y riqueza se producirá en el país”, aseguró.
En su visión, este es un proceso multiplicador, que derrama actividad en otras cadenas productivas, generando eficiencias clarísimas.
“Hoy somos el principal exportador de harinas, biodiésel y aceites crudos de soja del mundo. Con esos insumos disponibles localmente a precios muy competitivos deberíamos seguir multiplicando nuestra producción de carnes de pollo, cerdo y peces, además de bovina”, aseguró Zubizarreta.
En la reunión por su aniversario, ACSOJA lanzará un “Concurso de Ideas Proyecto sobre Nuevos Usos de la Soja”. El objetivo es impulsar el desarrollo de ideas innovadoras y nuevos eslabones que agreguen valor a una cadena que quiere seguir creciendo en la Argentina que viene.