En semillas, adiós a los manejos caseros
En Pergamino, los de Syngenta abrieron un ambicioso instituto para su tratamiento. Así, se consolida una tendencia clara en la industria semillera.
Después de una primera avanzada que le permitió lleción gar al 25% de las semillas de soja fiscalizadas de Argentina (alrededor de un millón de hectáreas), el tratamiento profesional de semillas va por más.
Este esquema tiene dos caminos para crecer: el aumento de la venta de semilla legal y la concientiza- de los usuarios, que comienzn a ver claramente los beneficios obtenidos. Sobre la primera opción es más difícil operar, pero sobre la segunda no tanto, y así lo están entendiendo las empresas líderes que se lanzaron a participan de este negocio.
Como lo vienen haciendo Novozymes (ex Nitragin) o Basf, por ejemplo, la semana pasada Syngenta se sumó a las inauguraciones, con una vuelta de tuerca: abrió en Pergamino (dentro del predio de Rizobacter, con quien tiene alianza estratégica) el primer “Seedcare Institute” de la compañía en el país (en la región tiene otro en Brasil).
En la nueva planta se desarrollarán nuevas formulaciones, pero también se capacitará y entrenará a los productores y multiplicadores y se harán controles de calidad.
“Hoy no hay tecnologías que, individualmente, sean suficientes para producir la cantidad de alimentos que el mundo necesita de manera más sustentable”, dijo el director regional de Syngenta para América Latina, Antonio Aracre, durante la presentación. El combo es “la mejor semilla, con el mejor paquete de fitosanitarios y la dosis de fertilizante adecuada”, indicó.
Al referirse al nuevo centro, Aracre lo definió como “una academia que aglutina todas las tecnologías: inversión genética, protección de cultivos y tratamiento profesional”. Para él, la semilla es “un chip, un delivery de tecnologías que hay que rodear de la mejor manera para que exprese todo su potencial”.
Por su parte, el director de la Unidad de Negocios de Seedcare para Latinoamérica Sur de la compañía, Carlos Becco, dijo que el desafío para el agro es “producir más, con menos recursos y a un menor costo para el consumidor”.
Becco dijo que “las semillas tienen cada vez más información y cuestan cada vez más; por eso es una picardía que se las deje libradas a su suerte frente a patógenos e insectos”. Para el ejecutivo, este tema también debe importar a toda la sociedad, porque si los productores saben que cada semilla se convertirá en una planta no van a sembrar demás ni van a tener que aplicar fitosanitarios innecesarios.
El nuevo centro de Pergamino demandó una inversión cercana a los 10 millones de pesos. A nivel mundial, la división Seedcare de Syngenta tiene una participación del 37% en el segmento de tratamiento de semillas, un mercado que mueve US$ 3.300 millones.
En Argentina, hay mucho para crecer. “Estamos convencidos que podremos pasar del 25% actual de semilla tratada a 75% en los próximos tres años”, lanzó Becco.
El desafío está planteado.