Fideos con estofado
El sueño de expandirse a lo largo de la cadena que empezaron los Torresi con la instalación del molino dual (trigomaíz o sorgo) no termina en las bolsas de harina para la industria panadera. También quieren llegar a la góndola con paquetes de un kilo de harina (con trazabilidad para que los consumidores conozcan de qué lote es el trigo y qué tratamientos recibió). “El paso siguiente en la integración vertical con la harina es la producción de fideos, pero pensamos más en una asociación o joint venture con alguna marca ya conocida para ofrecerle nuestra harina trazada,”, contó Gustavo Torresi. Cuando empiecen a moler maíz también quieren producir polenta. Además de girasol confitero, en La Pampa los Torresi siembran maíz. Para evitar la incidencia que hoy tiene el flete al puerto (ronda el 32%), armaron un fideicomiso con otros tres socios para convertir el maíz en carne. “Es inviable llevar el maíz al puerto; por eso nos asociamos en un feedlot”, reconoció Gustavo Torresi. Ahora están encerrando 500 animales, cuya demanda se cubre con 50 hectáreas de maíz. Pero hay un paso más que los Torresi quieren dar en la conversión de proteína vegetal en animal. Alrededor del 70% del grano de trigo molido es harina; el resto es afrechillo. En el caso de la molienda de maíz, entre otros subproductos se obtiene germen (alrededor del 11%), un alimento muy balanceado para la dieta animal. “Con ambos subproductos queremos producir alimento y, con un feedlot convertir proteína vegetal en animal”, explicó Torresi, quien reconoció que “ese, sería el broche de oro” del proyecto familiar.