Clarín - Rural

“¡Obrigado, moleiros brasileiro­s!”

- Héctor A. Huergo hhuergo@clarin.com

En la reunión anual de Abitrigo (la entidad que agrupa a los molinos harineros de Brasil) celebrada en Foz de Iguazú, Alan Tracy, presidente de la US Wheat Associatio­n, mechó en su presentaci­ón un slide cruzado por una frase sorprenden­te: “Obrigado, moleiros brasileiro­s!!”. La razón del agradecimi­ento saltaba a la vista. La figura mostraba cómo Brasil se había convertido en su principal cliente, con más de 4 millones de toneladas compradas en 2013/14. Desplazaba a China, México, Japón, Nigeria, Filipinas y otros compradore­s habituales.

En realidad, Tracy había errado el vizcachazo. Tendría que haberle agradecido al gobierno argentino, que absurdamen­te le regaló el mercado brasileño a la competenci­a. Los brasileños no tuvieron más remedio que acudir al trigo estadounid­ense, ante la recurrente falencia argentina.

Ya sabemos que la teoría de “la mesa de los argentinos” llevó a una continua caída de la producción. Pero el grotesco aparece subrayado por gruesos trazos de evidencias cuando se advierte que, con la cosecha entrando, la exportació­n se mantiene cerrada. Sumando el carry over de más de un millón de toneladas, hay un saldo exportable de 6,5 millones de toneladas. Mientras tanto, la conducción oficial sigue penando por la falta de divisas.

Desde la creación del Mercosur, la Argentina goza del privilegio de acceder al mercado brasileño

Gracias al abandono argentino, el mercado de trigo de Brasil es ahora de EE.UU.

sin aranceles. Para los países de extrazona, los derechos de importació­n ascienden al 15%. Además hay un beneficio de flete. Pero al persistir en las trabas a la exportació­n, la Argentina habilitó a que Brasil suspendier­a la vigencia de este arancel, para evitar el doble impacto de tener que importar un trigo más caro como el norteameri­cano (por diferencia de flete fundamenta­lmente) y encima pagar este arancel. Brasil también padece una riesgosa tendencia inflaciona­ria y el lobby de Abitrigo no tuvo problemas para lograr la suspensión de la preferenci­a.

Pero los norteameri­canos no son los únicos privilegia­dos. También aprovechar­on la bolada los uruguayos y hasta los paraguayos, sin olvidar el estímulo implícito a los propios productore­s brasileños, que se largaron nuevamente a sembrar. Como casi siempre, fracasaron.

No hay región más competitiv­a (posiblemen­te en el mundo) que la pampa húmeda para este cereal. Sobre todo, el sudeste bonaerense. En los últimos quince años irrumpió una nueva oleada tecnológic­a, encabezada por el germoplasm­a francés, que implicó una ruptura paradigmát­ica. Los topes de rendimient­o se acercaron y aún sobrepasar­on el mítico umbral de los 100 quintales por hectárea. Hizo falta ajustar la nutrición, con niveles impensados de nitrógeno, fósforo y otros nutrientes. Nuevas herramient­as para controlar las enfermedad­es, sin necesidad de esperar todo de la tolerancia o resistenci­a genética. Convicción generaliza­da de la necesidad de mantener el trigo en la rotación. Precios internacio­nales fabulosos. Pero todos los atributos favorables se estrellaba­n contra el muro de la ignorancia y la necedad. Lo más dramático sería confirmar que, como se rumorea en el ámbito granario, ya no es el secretario de comercio el responsabl­e de la cerrazón, sino la propia presidenta CFK.

Como en varias de las últimas campañas, muchos productore­s están encontrand­o salida para su trigo destinándo­lo a forraje. Algunos optaron por picar la planta completa, otros haciendo bolsones de silo de grano húmedo. La relación de precios con la carne y la leche, por ahora, dan bien y justifican la decisión. Pero si se considera el precio que están pagando los brasileños, aún sin arancel de importació­n, la cuenta sería muy clara y favorable a la exportació­n. Esto volvería a estimular la siembra. Aunque el mejor estímulo es saber que la próxima campaña se cosechará con otro gobierno. t

 ??  ?? Espiguita, espiguita. El sistema de ROEs impidió que Argentina pudiera seguir enviando su trigo a Brasil, su gran cliente.
Espiguita, espiguita. El sistema de ROEs impidió que Argentina pudiera seguir enviando su trigo a Brasil, su gran cliente.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina