Los consejos de los expertos para evitar que las vacas sufran el calor
Los técnicos del INTA recomiendan contar con buenos espacios de sombra y aguadas. También aconsejan priorizar las “dietas frías” en el verano.
El INTA recomienda dar ración tres horas después del pico de temperatura.a.
Las vacas y novillos de la ganadería argentina, que tienen un marcado protagonismo de las razas británicas, tienen una mayor capacidad de adaptación al frío pero son más sensibles a las temperaturas elevadas en la primavera y en el verano. El INTA advierte que los estudios confirman que la radiación solar, la velocidad del viento, la temperatura del aire y su contenido de vapor de agua condicionan el estado de confort de los animales y los pueden estresar.
El índice de temperatura y humedad (ITH) es el indicador más utilizado para monitorear si las condiciones ambientales resultan estresantes para los bovinos, lo que permite evaluar la situación de los animales y tomar medidas de manejo. Los técnicos precisan que el rango de temperatura ambiental de confort estimado para vacas de razas británicas va de 15° a 25°.
Con el objetivo de calcular los valores de índice de temperatura y humedad (ITH) durante los meses de máximas temperaturas, entre fines de 2013 y de 2014, un grupo de técnicos de la Estación Experimental Cuenca del Salado del INTA, en la provincia de Buenos Aires, impulsaron un estudio para determinar cuál fue el grado de riesgo de estrés térmico que sufrieron los bovinos de esa región ganadera, la más importante del país.
Los técnicos del INTA señalan que el estrés calórico afecta negativamente la productividad del animal, la aptitud reproductiva y la salud. En vacas de tambo esta situación genera una disminución en el consumo de forraje de un 10% a un 20%, una baja en la producción láctea y como consecuencia un menor peso del ternero al momento del destete. A su vez se ve afectada la fertilidad, ya que se reducen las tasas de preñez por muerte embrionaria, menor peso al nacer y disminución de la viabilidad de los terneros.
En animales en recría que sufren este tipo de cuadro, se ve afectada la ganancia diaria de peso por un menor consumo de alimento. Hay que tener en cuenta que las dietas más concentradas en energía generan menos fermentación que las dietas en base a forraje. Y que las dietas ricas en fibra son menos energéticas y generan un mayor calor metabólico a raíz del tiempo de fermentación.
“Los animales en confinamiento son más susceptibles a sufrir estrés calórico, a causa del hacinamiento sumado a la posible falta de acceso a sombra”, avisan los técnicos del INTA.
En cuanto a la sanidad resulta importante tener en cuenta que existen micotoxinas capaces de agravar el estrés térmico por ser capaces de producir hipertermia en el animal. Tal es el caso de la festucosis u otros hongos endófitos y el cornezuelo, que puede estar presente en diferentes gramíneas durante el verano.
En cuanto al manejo, los técnicos del INTA sugieren prever la “disponibilidad de agua apta para el consumo, proveer de sombra a los animales y modificar los patrones de alimentación, dado que para animales en encierre a corral es conveniente dar a la tarde más comida y menos a la mañana”. Una recomendación clave es entregar el 70% del total del alimento diario entre 2 y 3 horas después del pico de temperatura ambiental, para evitar maniobras de manejo y arreo cuando hace más calor en los potreros.