Reubicando alquileres
Seguramente, cuando hace casi 30 años se recibió como contador público, Gabriel Bearzotti no debe haber imaginado que iba a tener más horas con los pies en el rastrojo que detrás del escritorio, en el estudio contable, junto a su padre. “Creo que es una ventaja nuestra condición de contadores, porque siempre desarrollamos primero la gestión antes que el crecimiento en sí”, explicó. Eso les permitió estar siempre un paso adelante y organizados conociendo los números y los costos en la toma de decisiones. Un último cambio en este sentido fue hace un par de años, con la reubicación de los campos en alquiler. “Hemos ido descartando campos marginales de zonas más complicadas en las que el techo de rendimiento es más bajo y son más inestables e inseguros”, explicó. La génesis de lo que es hoy la empresa data de 1968, con Arturo Melquiot, quien, utilizando una abreviatura de los nombres de sus hijas, Kela y María, dio el nombre de Kelymar. Actualmente, de las 12.000 hectáreas que trabajan, 5.000 son propias y el resto alquiladas, en una zona que incluye, además de la base de operaciones en Carlos Pellegrini, Timbúes, en la zona costera cercana a Rosario; Ceres, en el norte de Santa Fe; y Noetinger, en Córdoba.