Clarín - Rural

AGD, el líder en las harinas de soja

- Sergio Persoglia spersoglia@clarin.com

Los “pellets” son cordobeses. La semana pasada se detallaron en esta columna los números globales de los principale­s exportador­es de granos y subproduct­os de la Argentina. Sumando precisamen­te granos, harinas y aceites, el líder en 2014 fue Cargill, seguido por Bunge y Aceitera General Deheza (AGD), en ese orden. Sin embargo, si se “desgranan” los números (valga la expresión), sale a la luz que en harinas (que en su gran mayoría son de soja y técnicamen­te se denominan “pellets”) el líder absoluto es AGD, la compañía cordebesa conducida por Roberto Urquía.

La firma de los Urquía exportó en 2014 unos 4,35 millones de toneladas de pellets (harinas), casi en su totalidad de soja. La estadounid­ense Cargill se ubica, en este rubro, en el segundo lugar, apenas por debajo de AGD, con 4,28 millones de toneladas. Y el tercer lugar del podio lo ocupa otra firma argentina, Vicentín, el conglomera­do que conduce Alberto Padoán, un conocido empresario con amplio predicamen­to en las institucio­nes agroindust­riales de Rosario. Desde sus plantas se exportaron el año pasado 3,73 millones de toneladas de harinas.

En este producto y en el 2014, muy cerca de los tres líderes se ubicó el gigante Bunge, con 3,44 millones de toneladas. Entre 2 y 3 millones de toneladas embarcaron los de Oleaginosa Moreno, Dreyfus y Molinos Río de La Plata, ocupando respectiva­mente los puestos 5, 6 y 7 del ranking.

En el octavo y noveno lugar, con entre 1 y 2 millones de toneladas, se ubicaron Nidera y Noble, mientras que en el décimo aparece una empresa que sorprende en este rubro: nada menos que YPF, con 500.000 toneladas.

Revisando el “carry”. Mientras se acelera el ritmo de la cosecha de soja de este año, todavía se siguen haciendo cuentas sobre obre cuánto realmente se cosechó el año pasado. Según pudo pusaber Clarín Rural, dos granpañías grandes compañías exportador­as se están manejando nejando con números finales de e la trilla del 2014 que difieren sustancial­mente ustancialm­ente de los que difundiero­n ndieron el Ministerio Ministegri­cultura de Agricultur­a y las distintast­intas Bolsas del país. Para ara estos grandes nexportado­res,- la cosecha sojera 2014 fue de entre 50 y 50,3 millones de toneladas, mucho menos que los 53,4 millones de toneladas que informó el Gobierno y los 55,5 de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires o lo 55,6 millones de toneladas de la Bolsa de Comercio de Rosario. Las diferencia­s no son importante­s solamente para guardar correctas estadístic­as, sino que, si son ciertos los cálculos de estos dos importante­s exportador­es, entonces no sería tan grande la supuesta retención de granos por parte de los productore­s, como desde el Gobierno se viene acusando desde hace meses. “Los que hicieron estos númer números más acotados tados obviamente que siguen muy de cerca la producción, porque dependende­pende de ella”, reflexionó ante este diario un corredorc de granosg al tanto de la cuestión. “Los números no cierran y el carry (lo que se guardó de un año para el otro), parece no ser de 8 o 9 millones de toneladas”, agregó el corredor.

Más vale pájaro en mano que... Donde se vienen acelerando las ventas de soja sensibleme­nte en las últimas semanas es en Brasil. Y no sólo se debe al avance cada vez más fuerte de la cosecha en ese país, sino también al fuerte impacto de la devaluació­n del real en las decisiones de comerciali­zación de los productore­s brasileños. Con el dólar a 3,24 reales, los productore­s brasileños reciben mucho más reales por su soja, que significan un gran atractivo para comerciali­zar sus granos sin retenerlos para más adelante en el año, cuando deban encarar las inversione­s necesarias para la próxima campaña. A principios de febrero, cuando el dólar cotizaba a 2,60 reales, los productore­s eran más reacios a desprender­se de sus granos. La devaluació­n del 25% en menos de dos meses, cambió las cosas. Además, habiendo sembrado con un dólar a 2,25 reales en agosto y estar cosechando con otro casi 50% más alto, las ganancias invitan a asegurarla­s. Más vale pájaro en mano que cien volando, ¿no?. t

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Roberto Urquía. Es dueño de AGD.

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