Clarín - Rural

La carne tiene buenas noticias

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Las 110 toneladas de carne de feedlot premium que estura ta semana se embarcaron hacia la Unión Europea, en el marco de la cuota 481, representa­n el punto de llegada de cinco largos años de trabajo de la cadena ganadera argentina, que perdió mucho terreno en las exportacio­nes de cortes vacunos.

En septiembre del año pasado, la Unión Europea (UE) aprobó el ingreso de la Argentina al selecto grupo de países que pueden exportar carne de calidad superior, engordada a corral, y que incluye a Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Uruguay.

El total de la cuota, que permite ingresar con arancel cero a la UE, es de 48.200 toneladas anuales, que se reparten en cuatro trimestres (12.050 toneladas cada uno) de julio a junio.

Los 18 cortes premium que se acaban de embarcar fueron procesados por los frigorífic­os Gorina, Friar, ArreBeef, La Anónima y Ecocarnes, y participan del cuarto trimestre, que terminará en junio.

La cuota 481 se maneja de una forma diferente a la tradiciona­l cuota Hilton, por años la crema del negocio. La cuota de feedlot no es asignada en forma particular a cada una de las naciones participan­tes. En realidad, se trata de una cuota general por la que compiten los países habilitado­s.

Por distintos plazos y reglamenta­ciones, la Argentina entró a competir recién en este cuatro trimestre (de acuerdo al cronograma de julio a junio), en el que todavía quedan unas 10.000 toneladas disponible­s para colocar en el mercado europeo.

En el país hay 28 feedlots habilitado­s por el Ministerio de Agricul- que pueden aportar animales para esta cuota. La mayoría están en la provincia de Buenos Aires (17 establecim­ientos) y hay 6 en Córdoba, 4 en Santa Fe y 1 en La Pampa.

Un relevamien­to de la Cámara Argentina de Feedlot estima que en este momento hay unas 20.000 cabezas encerradas que cumplen con las condicione­s sanitarias y de alimentaci­ón para participar de la cuota 481.

El proceso para exportar y certificar exige cumplir con varias normas. En primer lugar, es necesario que los técnicos del Senasa certifique­n la cantidad de días de encierre de los animales (que debe ser no menor a 100 días) y tienen que controlar las dietas consumidas, la ganancia de peso y la trazabilid­ad.

Luego, en la planta frigorífic­a, el Senasa certifica la edad del animal, a través de la dentición, ya que deben tener menos de 30 meses, y es necesario monitorear la calidad y la conformaci­ón de la res. En lo que va de abril unos siete frigorífic­os solicitaro­n certificac­ión de cuota feedlot y se faenaron 1.600 cabezas con este destino, con pesos que van de 420 a 460 kilos. De este total, hubo algo más de 100 cabezas que fueron rechazadas: 85 animales por la edad, 12 cabezas por golpes y diez reses por marmoleo.

“Cómo todo sistema nuevo, existen un montón de temas para ir ajustando. En eso se encuentra todo el sector. Trabajando en los ajustes técnicos de esta nueva oportunida­d comercial para la ganadería nacional”, reconoció José Luis Triviño, presidente de la Cámara Argentina de Feedlot. t

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Desafío. Para poder exportar con esta cuota, los feedlots deben cumplir rigurosas normas que garanticen la calidad.
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Listas. Esta semana, se embarcaron 110 toneladas hacia la Unión Europea.

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