Transgénicos: pensando en la ola siguiente
Un especialista de la Fauba explicó que los próximos avances apuntarán a producir alimentos más sanos y a fabricar moléculas medicinales.
Debemos ser exportadores de mejoras genéticas”, dice Pagano
La biotecnología ocupó un papel preponderante en los últimos veinte años de la historia agrícola argentina. Como no podía ser para menos, también tuvo su espacio de discusión dentro del reciente congreso de Aapresid, que se hizo en Rosario.
Refiriéndose al presente y el futuro del mejoramiento genético en el país, Eduardo Pagano, especialista de la Facultad de Agronomía (UBA), habló sobre las diferentes “olas de desarrollos de productos transgénicos” que caracterizan a los avances biotecnológicos.
Según Pagano, “aun nos encontramos dentro de la primera gran ola de cultivos transgénicos”, comentó al referirse al contexto actual. Aclaró que dentro de este grupo está el mejoramiento de todos los rasgos agronómicos de los cultivos, tales como la resistencia a herbicidas o a insectos de las semillas que se siembran actualmente.
Destacadas estas ideas, Pagano anticipó que, según su opinión, “faltan no menos de cinco años para que lleguen al mercado productos biotecnológicos de la segunda y tercera ola de transgénicos”. Respectivamente, explicó que éstos están representados por materias primas que generarán alimentos más sanos y nutritivos que los convencionales y, por otro lado, la tercera ola estará caracterizada por plantas que fabriquen moléculas medicinales, vacunas o biopolímeros.
A partir de esta introducción, se planteó: “¿Por qué aun no están en el mercado productos biotecnológicos de la segunda ola de transgénicos?” Y respondió que probablemente se deba a cuestiones comerciales, ya que no hay mercado para los transgénicos de las nuevas generaciones, por el momento.
Considerando las ventajas competitivas que los productos que caracterizan a la segunda y tercera ola de transgénicos pueden generar, Pagano se mostró preocupado por el retraso en su llegada al mercado. Y ésto le permitió analizar que la Argentina debe ajustar diversas cuestiones científicas para seguir avanzado en materia genética e ir tras las nuevas tendencias biotecnológicas.
Para ello, de acuerdo al experto, será estratégico pensar en un país que busque ser “exportador de mejoramiento genético en la semilla, en lugar de exportar materias primas transgénicas y esperar que otros países nos las compren”, analizó.
Al respecto, el especialista aclaró que la trangénesis no es el único método de mejoramiento genético que permite entrar a la “segunda ola” y, asimismo, existen otras técnicas de mejoramiento genético que permitirían aprovechar las oportunidades que generan los mercados que actualmente están cerrados para los transgénicos. En este sentido, habló de las “nuevas técnicas de mejoramiento”, de las cuales son propulsores los países de Unión Europea y que tienen importantes ventajas técnicas.
“Armar un sector biotecnológico nacional, que aproveche la oportunidad que está dando la UE, permitiría, entre otras cosas, tener biotecnología al servicio del productor argentino, materiales a menores costos, una mayor aceptación social adaptada a nuevos criterios regulatorios y mayor amplitud de mercado”, concluyó.