La exportación de carne, en quiebra
Del campeonato, al descenso. Esta semana, el Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas, conocido como ABC, que representa a los principales frigoríficos exportadores, salió con fuerza a advertir que el sector “atraviesa su crisis más aguda”, como sostuvo en el título de una comunicación oficial. La entidad, que preside Mario Ravettino, detalló una serie de factores que -advirtió con claridad- convirtieron “al negocio de exportación de carne en una actividad de quebranto”.
Los frigoríficos nucleados en ABC sostienen que el problema no es solo la industria, sino que también podría verse afectado seriamente el abastecimiento local, porque la exportación es el destino de una parte menor de la producción de sus plantas, que deben forzosamente vender la mayor parte en el mercado interno. Así las cosas, parar una de estas plantas generaría que “la oferta de carne en el mercado local también sufra”, manifestó el ABC.
En el 2003, Argentina era el tercer exportador mundial de carne, con casi 800.000 toneladas. Pero en 2006 comenzó la intervención oficial para regular las exportaciones y “cuidar la mesa de los argentinos”, que incluyó la creación de sistema de ROEs de autorizaciones para exportar. En el 2014, con unas 150.000 toneladas, quedó fuera de los 10 principales países del negocio.
La industria exportadora explicó las razones externas y las internas que generaron la compleja situación y recordó que en lo que va del año ya se perdieron más de 3.000 puestos de trabajo en el sector. Además, advirtió que “es probable que este número aumente en las próximas semanas”. Entre los factores externos, el ABC explicó que varios de los países competidores de la Argentina devaluaron sus monedas, lo cual mejoró fuertemente su competitividad. El ejemplo de Brasil es claro: el novillo en ese país, en gancho, vale 2,40 dólares por kilo, mientras que aquí ronda los 4,40 dólares por kilo.
En cuanto a los costos de producción en las plantas, en Argentina son 80% más caros en dólares que en territorio brasileño, argumentó el consorcio.
Del otro lado, entre los factores internos que profundizan la crisis sectorial, los exportadores hablan de una “creciente e incontrolada actividad marginal de la industria” en cuestiones impositivas y sanitarias, por ejemplo. Y argumentan que algunos frigoríficos están dispuestos a correr esos riesgos “como forma de supervivencia”. Pero consideran que se trata de una “competencia desleal que sufre la industria ordenada”, que también tiene un impacto negativo en la recaudación impositiva.
Finalmente, los exportadores dicen que para llegar al combo del quebranto se suma la insuficiente oferta de ganado pesado, que es consecuencia -considera el ABC- de “la falta de incentivos para los productores”.
Tras el duro diagnóstico, la industria exportadora pide “la eliminación de las retenciones y/o alguna medida compensatoria que haga posible la continuidad de la actividad”. t