Clarín - Rural

Ahora, ¡a los yuyos!

desafío a la agricultur­a

- Pablo Losada plosada@clarin.com

Las empresas que monitorean campos por las enfermedad­es y las plagas de los cultivos vienen reconvirti­endo su trabajo ante la expansión del problema de las malezas que resisten a los herbicidas. Tres profesiona­les del rubro cuentan su experienci­a.

La problemáti­ca de las malezas está generando cambios importante­s en los sistemas productivo­s a distintos niveles técnicos. Su impacto genera diversos ajustes de manejo y también cambios en los esquemas de trabajo de los profesiona­les del sector. Así lo demuestra un grupo de empresas de monitoreo de tres importante­s zonas productiva­s del país, que contaron a Clarín Rural cómo se vienen adaptando.

Guillermo Grasso es director de monitoreo de la firma Halcón, con base en Jesús María, Córdoba. En esa zona, el grupo que dirige releva unas 35.000 hectáreas. La región sufre un fuerte impacto por la incidencia de las malezas duras y, por eso, la dinámica de los monitoreos está cambiando la manera de trabajar y la mentalidad de los agricultor­es.

“El productor ya considera al monitoreo como una inversión necesaria, porque sabe que con los números ajustados de hoy, excederse en los gastos para el tratamient­o de las malezas lo dejan fuera del negocio”, señala Grasso.

La presión de las malezas sobre los sistemas productivo­s viene aumentando desde el norte al sur del país. Y la importanci­a que se le da al problema también está creciendo en este sentido.

Según cuenta Grasso, la empresa para la que trabaja comenzó a recibir mayor demanda para el monitoreo de malezas desde el 2009. “En ese entonces se unieron un par de factores. Luego de la sequía, muchas empresas aumentaron la superficie bajo arrendamie­nto y alquilaron campos que ya venían mal manejados desde el punto de vista técnico. De esa manera, se toparon con esta problemáti­ca, que fue creciendo en la zona”.

El técnico también indica que el sistema de alquileres anuales no permite tener registros estables de lo que pasa en cada lote, lo cual agudiza este tipo de problemáti­cas.

Grasso explica que el principal problema que están tratando de controlar en la zona son las gramíneas y que, por eso, el momento de control es clave. “Estas especies comenzaron a escapar a los controles cuando se tenía como práctica aplicar glifosato más un herbicida hormonal, sin otro ingredient­e activo que controle a las malezas de hoja fina”, señala.

Luego de seis años de aprender sobre la dinámica de malezas en su zona y consideran­do que las gramíneas son el principal problema actual, Grasso dice que el monitoreo y el conocimien­to del lote son las mejores maneras de hacer una planificac­ión de manejo efectiva, basada en la adopción de herbicidas pre-emergentes. Y que ese es un gran aporte que empresas como la suya pueden hacer.

Para el sur de Santa Fe y norte de la provincia de Buenos Aires, desde Lares, una empresa tradiciona­lmente dedicada a monitorear plagas y enfermedad­es, cuentan que los ajustes en el trabajo que realizan fueron similares a los que tuvieron sus colegas cordobeses.

En este caso, Diego Alvarez, responsabl­e del grupo de monitoreo, dice: “Desde hace cinco años hasta la actualidad pasamos de hacer poco manejo de malezas a buscar toda una nueva metodologí­a de trabajo para manejar justamente esta problemáti­ca”.

El asesor técnico explica que el impacto de la rama negra sobre esta región fue decisivo y condujo a que exista una cantidad creciente de consultas por parte de los pro- ductores. Desde ese momento, las malezas de difícil manejo se fueron agregando año tras año, sin cesar.

Hoy, según Alvarez, lidian con especies de eleusine, capín, raigrás, entre las de hoja fina, y rama negra, como principal exponente de las de hoja ancha, aunque están alerta ante la llegada posible de los yuyos colorados, que ya están siendo un gran problema en algunas zonas del sur cordobés.

El cambio en el tipo de trabajo al que Alvarez se refiere significó más consultas sobre mezcla y rotación de productos herbicidas para los controles químicos, como así también cómo hacer controles en momentos clave, para lograr mayor eficiencia.

“Hay que entender que la problemáti­ca de gramíneas tiene resultados de un año para otro. Es decir, aplicamos este otoño para ver el impacto en el otoño siguiente”, advierte.

Y agrega que todavía reciben consultas para hacer tratamient­os de rescate, con doble golpe de herbicidas, que implica gastar entre 120 a 130 dólares por hectárea, un valor “altísimo”, teniendo en cuenta la estructura de costos actuales y los bajos precios de los granos.

En el sudeste de la provincia de Buenos Aires, los hermanos Bilbao, Agustín y Esteban tienen su

empresa Agroestudi­o Viento Sur, con base en Necochea. Desde allí, dicen a Clarín Rural que la problemáti­ca de malezas duras hizo que se multiplica­ran los esfuerzos por mejorar el manejo del sistema agrícola. Agustín dice que “se tomó más conciencia sobre el problema y hay más conocimien­to”.

Sin embargo, destaca que en su región productiva corren con la ventaja de “tener ocupado los lotes todo el año, ya que los cultivos fuertes son los invernales y por eso el sistema compite mejor con las malezas”.

Pero Bilbao reconoce que su tarea de monitoreo viene cambiando. Ahora, se encuentra ante el reclamo y la necesidad de hacer monitoreos más ajustados, para después ejecutar aplicacion­es más precisas.

Según él, esto viene generando cambios en los paradigmas de control. “En esta zona, las especies resistente­s se manejan en ‘manchoneo’. Es decir, se hacen controles dirigidos con pala o pulverizad­or de mochila, para evitar que la maleza se disemine”, explica.

Desde distintas regiones, los monitoread­ores no dejan dudas: su trabajo viene cambiando, y el conocimien­to hace la diferencia.

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¿Y esta?. Un técnico, ante una planta de sorgo de Alepo, una de las especies más problemáti­cas, en un lote de soja del sur de Santa Fe, en la última campaña.
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Diego Alvarez
Asesor del norte bonaerense
Hay mucho trabajo nuevo que implica asesorar al productor sobre mezclas y rotación de herbicidas, para hacer aplicacion­es eficaces Diego Alvarez Asesor del norte bonaerense
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Guillermo Grasso
Técnico del centro cordobés
El monitoreo y el conocimien­to del lote son nuestras herramient­as para hacer una planificac­ión de manejo efectiva contra malezas Guillermo Grasso Técnico del centro cordobés
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Agustín Bilbao
Consultor del sudeste de Bs. As.
Los monitoreos más ajustados y las aplicacion­es de productos más precisas están generando cambios en el paradigma de control Agustín Bilbao Consultor del sudeste de Bs. As.
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A campo. En un lote de soja aparece una planta de rama negra, una de las malezas más peligrosas.

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