Clarín - Rural

“En soja, podemos producir 30% más sobre la misma superficie”

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La compañía en la que usted trabaja acaba de cumplir 150 años de vida. ¿Cuánto influye la visión de largo plazo en la definición del rumbo de la empresa? Mucho. Es un elemento que tiene gran influencia, ya que nuestras estrategia­s se plantean pensando en períodos de 10 a 15 años y desarrolla­r una molécula lleva de 10 a 12 años de trabajo. Hay que mirar esas tendencias, porque impactan en el negocio. ¿Y que tendencias están mirando hoy? Hay un fenómeno de concentrac­ión de la población en las ciudades, particular­mente importante en China. Casi el 70% del crecimient­o de la población se concentra en las ciudades. Los chinos tienen la mayor tasa de migración del campo a la ciudad en los últimos años. Esto cambia sustancial­mente los hábitos alimentari­os de la gente y genera una constante nueva demanda de alimentos y granos. La agricultur­a tiene que adaptarse a los cambios que eso implica. ¿Y qué está cambiando en la agricultur­a, particular­mente en la Argentina? Hay nuevos desafíos productivo­s, como las malezas, por ejemplo. A pesar de la fuerza de una solución como el glifosato, nosotros nunca dejamos de investigad­or sobre nuevos herbicidas. Sabíamos que la naturaleza iría evoluciona­ndo. Así, obtuvimos productos que dieron muy buenos resultados, como Kixor u Optil, por ejemplo. A nivel mundial, de los casi 75.000 millones de euros que facturó todo Basf (no solo agro) el año pasado, unos 10.000 millones correspond­en a lo que podríamos llamar “productos nuevos”, que fueron apareciend­o en los últimos 5 años. Es una proporción muy importante. ¿Qué cosas nuevas se vienen para el futuro? Próximamen­te tendremos una nueva formulació­n de Dicamba, que aportará sensibles mejoras en cuanto a la volatilida­d, lo que permitirá, por ejemplo, no afectar a los cultivos no tolerantes a ese herbicida. Claramente, estos son productos que rejuvenece­n de la mano de la biotecnolo­gía (NDR: las sojas resistente­s a Dicamba ya están en otros mercados y podrían estar pronto en la Argentina). ¿Cuánto invierten en investigac­ión? El año pasado destinamos 1.900 millones de euros. Y el 27% de eso fue a temas de agro, aunque en realidad el agro es solo el 7% del negocio total de Basf. Eso muestra qué negocios creemos que tienen alto potencial de seguir creciendo: el agro deberá producir 50% más de alimentos en los próximos 10 años, comparando con los niveles actuales, y la tecnología tendrá un rol central en eso. ¿Qué nuevas áreas de desarrollo tecnológic­o están viendo? Creemos que los productos de origen biológico son una respuesta que vendrá a complement­ar a las soluciones químicas. En ese marco se inscribe la compra que hicimos de Becker Underwood, incluyendo sus operacione­s y planta en la Argentina. Allí empezamos a investigar sobre fisiología de la plantas, mejor absorción de nitrógeno, aplicación más eficiente de fertilizan­tes o cómo mejorar el aprovecham­iento del agua disponible en el suelo. La empresa tiene mucha experienci­a en el tema de absorbente­s y estamos trabajando en un desarrollo que podría servir en ese sentido. Aquí, el área de siembra bajaría este año por segunda campaña seguida. ¿Cómo impacta eso en la compañía? Le pega al consumo general de productos, pero desde 2013 noso- tros venimos creciendo más que el promedio del mercado. De todas formas, por la caída del precio de los granos tuvimos que adaptar herramient­as financiera­s para apoyar a los productore­s. Estamos en la Argentina desde hace más de 60 años y conocemos el escenario. Hay que entender los problemas y brindar soluciones. Este año el país tiene un panorama complejo, en el que pesa también el clima. Pero hay que ser socio del que siembra para que pueda llegar a la cosecha. Más allá de la actual coyuntura, ¿qué panorama ve a mediano plazo? Este año es complejo, pero tengo una visión muy positiva para las campañas que vienen, más allá del Gobierno que sea. Creo que veremos precios moderados por un par de años, pero el sector encontrará la productivi­dad necesaria. ¿A dónde habrá que poner el foco en el futuro? ¿Cuáles creen que serán las grandes tendencias a tener en cuenta? Por los 150 años, en Basf nos propusimos mirar el futuro desde tres ejes: vida urbana, energía limpia y con recursos renovables y, finalmente, el tema de la alimentaci­ón. Un 40% de la población mundial vive bajo la línea de la pobreza y eso debe cambiar, no solo por mayor producción de alimentos, sino por un mejor aprovecham­iento del que ya existe. En soja, por ejemplo, podríamos producir 30/35% más sobre la misma superficie.

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