Clarín - Rural

Infraestru­ctura al primer plano

- Héctor A. Huergo hhuergo@clarin.com

Después de compartir la misión argentina en Agritechni­de ca de Hannover, de la que damos cuenta en las páginas centrales de este suplemento, partimos a los Países Bajos, invitados por la Dutch Water Autorities.

La idea era echar una mirada sobre las obras de infraestru­ctura que permitiero­n a millones de personas vivir y trabajar seguras en tierras ganadas al mar. Es un tema clave para la Argentina, donde el flagelo recurrente de las inundacion­es -en particular en la provincia de Buenos Aires, pero extensivo a millones de hectáreas en todas las regiones productiva­s- revela errores en la planificac­ión e inoperanci­a en la ejecución.

Vienen tiempos de cambio y la cuestión de la infraestru­ctura pasa a primer plano.

En estos días, Alberto Rodríguez, titular de la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) detalló las necesidade­s de la agroindust­ria exportador­a: acceso a puertos desde la red vial y ferroviari­a, dragado de la hidrovía del Paraná a 38 pies, solución de graves problemas administra­tivos que agregan costos y quitan competitiv­idad, necesidad de terminar con conflictos gremiales violentos que atentan contra bienes y personas, etc. Sólo así se podrá dar curso al inexorable incremento de la producción, que sobrevendr­á en cuanto el nuevo gobierno quite el pie de la puerta giratoria que trabó la Segunda Revolución de las Pampas.

Pero hay millones de hectáreas sometidas al capricho del agua. Las lluvias torrencial­es de los últimos días remarcan, nuevamente, que el cambio climático llegó para quedarse. Eso significa eventos meteo- rológicos más intensos, donde se acentuarán los clásicos ciclos de sequía con períodos de grandes lluvias e inundacion­es. Ya no alcanza con la clásica apelación al pensamient­o de Florentino Ameghino, que hace 150 años recomendab­a “Obras de retención, no de desagüe”. Necesitamo­s de las dos. Es lo que hicieron los ingenieros de los Países Bajos.

“Dios creó al mundo, pero a Holanda la crearon los holandeses”, es la muletilla con la que nos recibió, en el famoso dique Maeslantke­ring que protege a la ciudad y el puerto de Rotterdam, Peter Persoon. En toda el área (Hoek van Holland) hay miles de invernácul­os y áreas de pastoreo, 9 metros bajo el nivel del mar.

Albardones de protección, canales por todos lados, puentes, rutas, caminos. Al lado de cada grupo de invernácul­os, se ven represas elevadas, con prominente­s tubos que elevan el agua desde los canales.

En los Países Bajos se han construido 3.700 kilómetros de albardones que, desde 1996 (no hace tanto) se monitorean por ley para garantizar la seguridad. Del lado del mar, han echado arena creando playas artificial­es. Impresiona ver un lado el mar, con dragas lanzando torrentes de agua con arena hacia la costa.

Una larga duna ya cubierta de pasto y del otro lado, cae el terraplén hacia un camino, un canal, y cientos de hectáreas de praderas donde pastan vacas Holando.

Por supuesto que hay diferencia­s geográfica­s. Sabemos que nuestras pampas ofrecen la dificultad de la enorme superficie y baja pendiente. La problemáti­ca es distinta, pero la esencia es la misma: transforma­r tierras de bajísima productivi­dad, en nuevas áreas fotosintét­icas.

En los últimos veinte años, irrumpió una nueva oleada de tecnología que permitió duplicar la productivi­dad agrícola. Es decir, se duplicó el lucro cesante del statu quo. Se ordena el paisaje y se embellece. Se podrían crear parques con especies de interés, tanto herbáceas como leñosas, potenciand­o la biodiversi­dad en armonía con el necesario objetivo de generar riqueza, empleo y entretenim­iento.

Así es en los Países Bajos, donde las áreas de recreación, con senderos para runners y bicisendas en los polders.

Los tiempos cambiaron. Podemos volver a soñar. t

 ??  ?? En Holanda. El famoso dique Maeslantke­ring, rodeado de tierras productiva­s.
En Holanda. El famoso dique Maeslantke­ring, rodeado de tierras productiva­s.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina