Mirando los kilos y la proteína
El bajo nivel protéico de las sojas es un problema fuerte en los últimos años. El semillero Nidera le apuntó a ese tema.
Los bajos niveles de proteína en soja son una de las grandes preocupaciones de la cadena de la oleaginosa en el país. En la última campaña, los valores en soja de primera fueron de 36,1% y en soja de segunda de 38,5%, con un promedio de 37,3%.
Según un informe elaborado por el Laboratorio de Calidad Industrial y Valor Agregado de Cereales y Oleaginosas del INTA Marcos Juárez se trata de los más bajos de los últimos 18 años.
La disminución del contenido de proteína genera dificultades de acceso a mercados de preferencia para grano de soja (como China) y harinas proteicas (como la Unión Europea).
Muchas veces, el incumplimien- to de los valores de tolerancia en las condiciones comerciales implica rechazos de embarques, haciendo que la Argentina quede en desventaja competitiva. Por este motivo, la Argentina dejó de ganar U$S 400 millones en la última campaña, según un estudio realizado por la Bolsa de Comercio de Rosario.
En este contexto, incrementar los niveles de proteína en soja se ha convertido en uno de los objetivos del programa de mejoramiento genético de Nidera, informó la compañía. Además, sigue apuntando a lograr altos potenciales de rendimiento y estabilidad.
En ese camino, presentó cuatro nuevas variedades de soja, ya disponibles comercialmente para esta campaña: NS 4619 IPRO, NS 5019 IPRO, NS 4955 y NS 5258. Estas variedades, según datos de la empresa, han demostrado superar en 1,5% el promedio de proteína y estar entre 2% y 2,5% por encima de los cultivares sembrados habitualmente. “Son de un muy alto potencial de rendimiento y tienen un alto nivel proteico”, indicó Rodolfo Rossi, director Global de Investigación en Soja de la compañía.