Clarín - Rural

En el norte, el maíz volvió a ser rentable y ya creció la superficie cie

El NEA y NOA treparon rápido con las nuevas reglas de juego.

- Esteban Fuentes efuentes@clarin.com

El maíz ha sido sin duda el protagonis­ta de esta campaña estival. En un primer momento, la intención de siembra era muy baja y se estimaba una reducción muy fuerte del área. Luego, tras la quita de las retencione­s y el incremento en el valor del cereal, los productore­s decidieron apostar al cultivo a último momento.

En total, se sembraron 3.300.000 hectáreas, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, una caída del 3% en relación a la campaña pasada.

Así, con este contexto, la superficie maicera cayó en casi todas las zonas productiva­s del país, salvo en el norte del país.

Continuand­o con los datos de la Bolsa, en el NOA se sembraron 242.000 hectáreas contra las 230.000 hectáreas que se habían implantado en el ciclo anterior. Y en el NEA, se sembraron este año 378.000 hectáreas versus las 360.000 hectáreas de la campaña 2014/15.

En estas dos regiones, a su vez, la ventana de siembra se extiende hasta fines de enero y principios de febrero, lo que ayudó a revertir las decisiones a los productore­s.

En particular, en el NEA, la situación de un año para el otro cambió considerab­lemente, según datos de la técnica del INTA Saenz Peña, Chaco, María Eugenia Quirolo.

En síntesis, el margen bruto en esta campaña pasó a ser positivo. En febrero de 2015 era negativo en $ 1.911 por hectárea y en febrero de este año, el margen bruto es de $2.279 por hectárea. Estos datos fueron obtenidos con rindes de 4.500 kilos por hectárea (promedio de la zona) a un valor de $ 2.275 por tonelada, menos los gastos de labores de siembra, cosecha y comerciali­zación.

Un reflejo de esta coyuntura es Juan Pablo Goujon, quien produce junto a su familia en Colonia Elisa, ubicada en el centro oeste de Chaco. “Cinco años atrás, el maíz era parte fundamenta­l de las rotaciones y particular­mente en nuestra zona con fuertes adversidad­es ambientale­s. Pero el año pasado cambió: hicimos menos gramíneas tanto maíz, trigo y sorgo”, señaló.

Ante esta falta de rotación, en una región con altas temperatur­as y lluvias, el consumo de rastrojo de

“El pase de factura por no haber hecho las cosas bien fue rapido”, dice Goujon

los suelos fue elevado esta campaña. “Hubo manchones en los lotes y problemas de erosión. El pase de factura por no haber hecho las cosas bien fue rapidísimo. Por eso, es fundamenta­l que todos los años se incluya alguna gramínea para mantener los niveles de materia orgánica”, sostuvo.

Pero ahora, Goujon se entusiasmó con este nuevo escenario. En aquella zona, el rinde de indiferenc­ia del maíz varía entre 4.500 a 5.000 kilos por hectárea.

Y para este año, en su caso particular, los números son muy pomillones sitivos, porque estima un rinde de 7.000 kilos por hectárea y además, con la ventaja de haber comprado los insumos previos a la devaluació­n. Pero aclaró que no hay que pensar a futuro la siembra de maíz con estos valores actuales.

“En esta última campaña no hicimos maíz de primera y solamente hicimos casi 100 hectáreas de segunda. La intención era aumentar la superficie más pero ya nos habíamos preparado la siembra de soja”.

Así, con estos números, planean modificar el esquema de siembra que cambia totalmente para la campaña 2016/17: casi un 50% de la superficie con trigo, algo impensado para su esquema, y la otra mitad, se reparte entre maíz y girasol. “Estamos muy entusiasma­dos con la campaña que viene y con ganas de hacer cosas”, se esperanzó Goujon.

Por otra parte, en la otra región del norte, el NOA, también volvió la rentabilid­ad en el maíz, según comentó Lisandro de los Ríos, gerente de Prograno, una entidad que reune a más de 250 productore­s líderes de Salta.

Pero explicó que todavía los números del cultivo son muy finos y la rentabilid­ad depende de la producción que obtiene cada productor, ya que el rinde de indiferenc­ia, según datos de Prograno, es de 6.900 kilos por hectárea.

“El maíz es el único cultivo que puede ser rentable hoy por hoy. Ni la soja da números positivos ya que el flete sigue teniendo una incidencia muy grande en los costos de producción”, alertó. Y agregó que tampoco el poroto y el trigo son rentables.

De todas maneras, a pesar de esta suba en el área, aseguró que la superficie maicera sigue siendo baja en relación a lo que era hace 5 años atrás: cada 3 hectáreas de soja, había una de maíz. “Incluir el maíz hace sustentabl­e a la producción”, sintetizó el ejecutivo de Prograno.

En esta línea, detalló los beneficios con dos ejemplos claros: se reponen los nutrientes que extrae la soja y ayuda a bajar la presión del picudo negro para la siguiente campaña, una de las principale­s plagas, (VER: NOA: preocupa...) y esto hace reducir las aplicacion­es para controlarl­a. t

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 ??  ?? A pleno sol. Juan Pablo Goujon, en plena cosecha de maíz, en Chaco. Este año estima obtener 7.000 kilos por hectárea.
A pleno sol. Juan Pablo Goujon, en plena cosecha de maíz, en Chaco. Este año estima obtener 7.000 kilos por hectárea.
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De los Ríos. Gerente de Prograno.

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