Cuando el dólar baja, ¿la soja sube?
Mirando la locomotora financiera. En las últimas semanas, la realidad le viene dando la razón a una frase muchas veces escuchada en el ámbito de los negocios de granos: “cuando el dólar se devalúa en el mundo, tiene una influencia positiva sobre el precio de los commodities”.
Desde principios de marzo, la moneda estadounidense se ha devaluado sensiblemente frente a otras importantes del mundo. Por ejemplo, perdió casi 3% frente al Euro. En paralelo, la soja subió casi 5% en Chicago y el maíz 4%.
“Puede haber influido la percepción de que la Reserva Federal estadounidense no subiría las tasas de interés, o por otros motivos, pero la realidad viene mostrando una vez más lo muy involucrados que están nuestros productos con el mundo financiero”, analizó Hernán Fernández, de la corredora de granos Enrique R. Zeni & Cía.
Esta realidad se da en una coyuntura en la cual los “fundamentals” (la realidad concreta de la producción, la oferta y la demanda de granos) presiona hacia abajo los precios. Por eso, hay quienes piensan, como dice Fernández, que “cuando la locomotora financiera arranca, no hay sobreoferta que la frene”.
De todas maneras, para no generar un entusiasmo quizá sin fundamento, el operador aclara que “los movimientos de este tipo, por causas puramente financieras, suelen ser de gran intensidad y corta duración”.
Así las cosas, podría concluirse que estas subas abren ventanas de precios que quizás zás valga la pena ap aprovechar para fijar un valor, sobre todo a lasla empresas a las que le resulte atractivo para al menos una parte de la producción esper esperada de granos. Buen escenario y p pasivos contingentes. Cada oportunidad útil para aprovechar buenos precios pue puede resultar clave para ra la rentabilidad ded los productores y empresas agrícolas agrícolas. Como destacó hace pocos días un infor informe de la consultora Zorraquín + Menes Meneses, los primeros números meros de la campañ campaña 2016/2017 indican que habrá resultad resultados positivos para los planteos de soja, m maíz y trigo, pero “sin fiesta”, como precis precisó.
Para la ganadería, los consultores observan van un precio sosten sostenido para las categorías de invernada, a pesa pesar de la zafra estacional de terneros. Los mac machos de 160 a 180 kilos se están pagando en torno a los 35 pesos por kilo. Este númer número posiciona en un nivel vel muy alto la relaci relación entre los terneros y los novillos gordos, cercano a 1,40, ya que a los segundos les cuesta llegar a los 26 pesos por kilo vivo. En su i informe, estos especialistas listas destacarond otro punto positiv positivo que puede apuntalar las finanzasfi de las empresas sas en el futuro cercano. R Resulta que el Gobierno n está acelerando las
devoluciones de IVA, aun a muchas que no habían reclamado a través de recursos de amparo. “Esto ayudará a recuperar liquidez”, consideró el informe.
Además, se refirieron al concepto de “pasivos contingentes”, que resulta muy interesante aplicado a la producción agropecuaria argentina. El tema es que en los últimos años, en los que se combinaron malas políticas con bajas generalizadas de precios, se generó un pasivo que no es solo monetario, sino que también es tecnológico, porque no se invirtió en tecnología, en mejoras, en maquinaria, y tampoco en bienes del Estado que impactan en la producción, como rutas, puentes, caminos. Todo es lo que se llama “pasivo contingente”. Es decir, una deuda que no se sabe bien qué magnitud tiene y que no se contabiliza, pero que es un deuda. Zorraquín + Meneses sostiene que, en la medida en que las próximas campañas sean positivas, esos pasivos se irán revirtiendo, pero que no será de la noche a la mañana, por la magnitud del deterioro sufrido.
Los feedlots, en alerta. Quienes no están viviendo una campaña positiva son los feedloteros. Por un lado, advierten que sufren los aumentos de costos que se registran en otras actividades del sector agropecuario, pero tienen también un impacto severo del incremento del valor del maíz, su principal insumo, que se disparó por la quita de retenciones y el sinceramiento del tipo de cambio. Si a eso se le suma el alto valor de los terneros de invernada, que se mencionó más arriba, más la fuerte presión impositiva, resulta un combo que, en palabras de los feedloteros, pone en “alerta a la actividad”.