Llegó la hora del bitren
El autor, presidente de la Asociación Forestal Argentina (AFoA), pide que se termine de definir el marco legal para la circulación de los camiones más largos conocidos como bitrenes. Dice que bajarían fuerte los costos de fletes en muchas actividades, com
Los nativos de este bendito suelo argentino tenemos virtudes y defectos como todos los seres humanos, pero algunos de los defectos los tenemos exacerbados. Nada más cercano que el ejemplo de la forestoindustria: inmejorables tierras, clima adecuado, excelentes recursos humanos, todo lo cual confluye en un extraordinario ritmo de crecimiento de las especies que decidamos plantar, comparables con los más altos niveles a nivel mundial. Entonces, se podría suponer que tenemos una Argentina Forestal poderosa. Sin embargo, desde hace muchos años, estamos empantanados en el intento, mientras vemos crecer a nuestros vecinos con firmeza, decisión y persistencia.
Estas virtudes de continuidad de los países vecinos contrastan con los defectos propios. Este ejemplo forestal puede verse replicado en muchos órdenes de la economía del país, ya sea por ventajas comparativas naturales o como consecuencia de tareas que, en un momento, implicaron importantes inversiones, muchas horas hombre, desarrollos tecnológicos y hasta muy buenos resultados en fase probatoria, se vieron discontinuadas por un cambio en las políticas de Estado, llevando todo a fojas cero.
Y aquí llegamos a esa sensación que no hacer nada teniendo todo para hacer y que queremos alejar de nuestras mentes ¿Porqué este rapto cuasi panicoso? Porque en los primeros días de abril de hace dos años recibí de manos de la máxima autoridad nacional de ese momento, una copia del decreto que autoriza la circulación de los llamados “bi-trenes” en el territorio nacional. Cabe aclarar que, como Argentina es un país federal, faltaban dar una serie de pasos, para lograr todas las autorizaciones requeridas. Se sigue esperando. El laborioso Grupo Bitren, conformado por empresas proveedoras de carga como Siderar, Bunge, Cementos Avellaneda, Celulosa Argentina, Masisa, Arauco, etc, fabricantes de equipos, como Vulcano y Hermann, más los tractores, autopartistas y empresas de transporte, continúan bregando, obstinadamente, en sortear los innumerables obstáculos que impiden, por ahora, que los bitrenes puedan circular por los caminos del país.
Según datos que me alcanzara gentilmente la Dra. A. Efron, coordinadora del grupo, al día de hoy hay cincuenta solicitudes de “corredores” en espera de ser habilitados. Las cargas que se podrían beneficiar con menores costos de transporte son múltiples: áridos, madera, acero, granos, embotellados, etc.
Un dato no menor es que no haría falta recurrir a la importación de equipos, porque el país cuenta con no menos de diez fabricantes de equipos de excelente calidad, en su mayoría PyME que en este momento recibirían esta tarea como una bendición.
La inversión privada que involucra la etapa inicial, se encuentra en el orden de los 80 millones de dólares, más otros 10 millones de dólares en balanzas portuarias y obra civiles y otro tanto en inversión en equipos de los fabricantes del bitren, redondeando una suma nada despreciable en estos momentos.
El país necesita reducir drásticamente los gastos logísticos para mejorar su competitividad. Tenemos un medio que nos puede ayudar a reducir mínimamente un 30% el costo del flete, es seguro, daña menos las rutas, reduce la contaminación, ya probó su efectividad en la provincia de San Luis y a nivel internacional las experiencias son exitosas. A pesar de ello, sigue demorándose su implementación.
Por ello creo que no mereceremos sentir la extraña sensación de no hacer teniendo todo para hacer y, en cambio, adoptemos aquella máxima de Ortega y Gasset que nos señalaba el camino con tanta dureza como cariño, con su “argentinos a las cosas”. t