Las pasturas, la alternativa que potencia la cría del norte cordobés
La siembra de megatérmicas aportan óptima cantidad y calidad de forraje.
Los números de la ganadería muestran un horizonte alentador, pero para lograr buenos resultados cada región productiva debe conocer muy bien sus recursos. En el noroeste de Córdoba, por ejemplo, la diferencia la hacen las pasturas megatérmicas, un forraje que con un manejo ajustado es capaz de aportar gran cantidad y calidad de alimento al rodeo de cría. “Las pasturas megatérmicas son la llave del negocio, sin ellas es inviable la actividad en estas zonas. Pero en estas especies hay una estacionalidad de la producción, con momentos de explosión productiva en tiempos muy cortos en los que es muy difícil el aprovechamiento”, explicó José Arroquy, técnico del INTA Santiago del Estero, durante una jornada realizada recientemente por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (Ipcva) en la localidad de Cruz del Eje, en el noroeste cordobés.
Luego el especialista detalló cómo conviene administrar las pasturas megatérmicas. “En febrero o marzo el forraje tiene mayor contenido de proteína, entonces hay que dejar de comer algunos lotes en diciembre para promover el crecimiento de la pastura para esa época”, explicó.
Pero para la promoción de las especies forrajeras en esta región se utiliza una técnica que hoy está en el centro del debate y sobre la que el Gobierno cordobés es muy estricto en los controles: el desmonte y rolado selectivo. Victor Burghi, del INTA Manfredi, Córdoba, aclaró que “ambiente y producción deben ir juntos”.
“El ambiente de esta región es muy variado, pero en general los índices productivos son muy bajos y algo hay que hacer para que sean mejores -explicó el técnico-. Tenemos que tratar de recuperar áreas donde el suelo está desnudo, zonas en desuso, muy arbustizadas o susceptibles de erosión eólica e hídrica”.
Para lograr ese objetivo los caballitos de batalla del norte de Córdoba, según especificó Burghi, son las pasturas megatérmicas como el gatton panic, buffel grass y gramma rhodes.
“Cuando están en estado vegetativo las megatérmicas logran muy buena calidad (hasta 12% de proteína), y luego se van lignificando y terminan teniendo muy bajos niveles de proteína y de digestibilidad. Por eso, conocer las tasas de crecimiento de cada especie es la herramienta para aprovechar los recursos y manejar una cadena forrajera, no solo un eslabón”, dijo.
Pero en años llovedores como este, una vez que el manejo de cría ya está consolidado los recursos disponibles pueden llegar a servir para hacer una recría. En la jornada del Ipcva el asesor Juan Elizalde brindó razones para hacer recría en la zona, como la producción de más carne con la misma carga animal, un mejor aprovechamiento del forraje y una mayor flexibilidad en todo el sistema. “La producción de gatton panic varía mucho durante el año dependiendo del clima. Aumentar el stock puede ser riesgoso porque a los dos años viene una sequía y no sabemos dónde poner los vientres. Entonces, cuando hay un año muy bueno muchas veces no se puede aprovechar, y ahí la recría es la categoría flexible que puede aprovechar el excedente forrajero”, dijo Elizalde.
Con estas cartas, la región se anima a participar del concierto ganadero. Y por si faltaba un mensaje de aliento, el vicepresidente del Ipcva Jorge Torelli, recién llegado de una misión comercial en China aseguró: “La ganadería va a ser un muy buen negocio en los próximos años, la demanda mundial va a seguir creciendo. Todo lo que podamos producir va a tener colocación en los mercados”.