Clarín - Rural

Menos gas con buenas prácticas

El óxido nitroso, con potente efecto invernader­o, lo emiten los suelos agrícolas. Un investigad­or de la Fauba ya trabaja para mitigar su impacto.

- Pablo Losada plosada@clarin.com

En la comerciali­zación de las materias primas del futuro, el impacto ambiental que implicó producirla­s será clave para acceder a los mercados globales. Por eso, hay expertos argentinos que ya están trabajando en medir los potenciale­s daños de la agricultur­a sobre el ambiente.

El investigad­or de la cátedra de Ecología de la Facultad de Agronomía (UBA), Tomás Della Chiesa, trabaja hace varios años midiendo las emisiones de óxido nitroso de los suelos agrícolas, un gas con efecto invernader­o y que también destruye la capa de ozono.

“El óxido nitroso es el gas más importante que producen los suelos bajo agricultur­a y con un potencial de calentamie­nto global que es 310 veces mayor que el del dióxido de carbono”, alerta el investigad­or, en diálogo con Clarín

Rural. Sin embargo, tranquiliz­a y sostiene que la emisión de esta gas es mucho menor que la del dióxido de carbono provenient­e de otras actividade­s y que también hay estrategia­s para mitigar su daño.

El experto explica que el óxido nitroso se produce naturalmen­te en todos los suelos. Estas emisiones, sigue Della Chiesa, se potencian cuando el uso de los suelos cambia con la siembra de cultivos anuales, se practica la fertilizac­ión, los suelos están varios meses en barbecho o se siembran plantas fijadoras de nitrógeno. Así, resume, todos factores que alteran el ciclo natural del nitrógeno en los suelos.

Consideran­do esto, hace cuatro años se formó una red nacional para medir las emisiones de este gas que fue financiada por el Ministerio de Agroindust­ria e integrada por la FAUBA, diferentes institucio­nes y estaciones experiment­ales del INTA que ya trabajaban en este tema.

Della Chiesa, que trabaja junto con los expertos Laura Yahdjian y Gervasio Piñeiro, también de la FAUBA, cuenta que durante dos campañas (2013 a 2015) se tomaron muestras de óxido nitroso en cámaras colocadas en suelos sembrados con soja y maíz, y también en ambientes de referencia como un pastizal o monte, según la zona bajo evaluación. Así enumera los nueve sitios muestreado­s: Gualeguayc­hú (Entre Ríos); las localidade­s bonaerense­s de Pergamino, Carlos Casares, Balcarce y Luján; Manfredi, en Córdoba; Oliveros, en Santa Fe, en Tucumán y Salta.

Luego de un año de trabajo, ya están los primeros resultados y conclusion­es.

Los primeros análisis, dice Della Chiesa, tienen un patrón definido que indican que hay ciertas fechas en el año, como el invierno, en las que las emisiones de óxido nitroso son muy bajas y comparable­s a las de la condición natural. Por otra parte, comenta que los picos de emisión se producen en torno a la fecha de siembra y cosecha de los cultivos, cuando hay importante actividad de los microorgan­ismos en los suelos. Y afirma, finalmente, que durante el ciclo de los cultivos de verano, las emisiones del óxido se reducen ya que éstos absorben el nitrógeno disponible.

De esta forma, el experto brinda claras conclusion­es. “Las prácticas que busquen aumentar la eficiencia en el uso del nitrógeno representa­n estrategia favorable para mitigar el impacto del óxido nitroso ya que éstos, en activo crecimient­o, absorben el nutriente de los suelos, no dejándolo luego para los microorgan­ismos. También, las buenas prácticas agrícolas, como la siembra de cultivos de cobertura pueden reducir marcadamen­te las emisiones de óxido nitroso”.

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A campo. Della Chiesa tomando muestras de la concentrac­ión de gases en un pastizal bonaerense de Carlos Casares.

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