A triplicar las exportaciones de carne
Los actuales son tiempos de despegue para el campo argentino. Tiempos de pensar en volver a crecer, de hacer planes, de optimismo, como lo demuestra la encuestada que se publica en la página 4 de esta edición de Clarín Rural, realizada entre productores del Movimiento CREA. En ese sentido también quiere caminar la ganadería, que según algunos escenarios que diagramó el INTA podría triplicar en un tiempo relativamente corto los saldos exportables de carne vacuna.
Los técnicos del organismo calculan que incrementos en la eficiencia productiva que permitieran subir 8 puntos el porcentaje de destete y aumentar 13 kilos el peso de la res faenada, generarían un aumento de producción suficiente como aportar un saldo exportable que permita triplicar los embarques de carne.
Los datos, que recoge un reciente informe de la consultora internacional KPMG, muestran claramente el potencial de la cadena de la carne en la Argentina, duramente golpeada en los últimos años por una multiplicidad de factores.
El trabajo destacada que varios de ellos ya se han resuelto, pero que varios otros todavía están pendientes. Entre los primeros, cita la quita de retenciones del 15% que pesaban sobre las exportaciones del sector y la eliminación de los ROEs. Entre lo que falta, la consultora destaca la necesidad de la sanción de una Ley Federal de Carnes que establezca estándares sanitarios básicos y uniformes para todo el país, que deberían ser supervisados por el SENASA, y la implementación de algún sistema que disponga estímulos fiscales para quienes terminen animales más pesados cuya reses superen los 220 kilos en el gancho.
En esos niveles se encuentra hoy el promedio de la res faenada, precisa el trabajo de KPMG, que recuerda que hace falta, además, aumentar las tasas de preñez de las vacas y de destete de terneros, todo mediante una fuerte incorporación de tecnología. El resultado debería ser una mejora en la tasa de extracción (la proporción de animales faenados sobre el total existente en el stock ganadera vacuno de la Argentina).
Mariano Balestra, socio de Agronegocios de la consultora, recordó las estadísticas del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, que muestran que a principios de este siglo la Argentina todavía estaba en el selecto grupo de los cinco principales exportadores mundiales de carne. En el 2015 -detalló- el país se ubicó en el puesto número 15, y fue superado por vecinos mucho más pequeños como Uruguay y Paraguay.
Las cifras son categóricas. Entre los años 60’s y 80’s, el promedio de la participación argentina en el mercado mundial de carnes se ubicó en 6,2%, luego se achicó a 5% en la década del 90 y posteriormente descendió aun más, a 4%, en el promedio de los últimos 5 años.
“De todas maneras, dadas las expectativas de aumento del consumo en el mercado mundial y la capacidad productiva que tiene el país, están dadas las condiciones para revertir esta tendencia y comenzar recuperar el terreno perdido”, manifestó Balestra.
Si crecieran las exportaciones, ¿aumentaría el precio de la carne en el mercado doméstico?. Los especialistas de KPMG no lo ven así. “Resulta imprescindible aumentar la producción para poder abastecer al mercado interno sin elevar los precios de los cortes”, se esperanzan.
Que así sea.