Clarín - Rural

A pensar en galletitas

- Laureano Mones Cazón Especial para Clarín Rural El autor afirma que con la utilizació­n de trigo soft en lugar de trigo pan, la industria de galletitas puede reducir sus costos de energía y de aditivos y producir más cantidad con el mismo tiempo de uso de

que en los países desarrolla­dos, Argentina podría fabricar galletitas con harina de trigo soft. La industria local podría ganar en productivi­dad, bajando sus costos de energía y aditivos, con productos más saludables y aumentando su capacidad de producción.

Una vez finalizada su cocción, las galletitas tienen entre 2 y 4 por ciento de agua. Esto equivale a unas 10 veces menos que el contenido de agua de un pan. Es lógico entonces, si queremos hacer galletitas, buscar trigos cuyas harinas requieran la menor cantidad posible de agua en el amasado. Así, se reduce al mínimo el tiempo de horneado, bajando los costos de energía y reduciendo también el tiempo de uso del horno, lo que permitirá aumentar la capacidad de producción.

Esta menor necesidad de agua en el amasado es la caracterís­tica principal que hace que el trigo blando, o soft, sea utilizado en el mundo desarrolla­do para la producción de galletitas.

En esos países, los fabricante­s explican que la razón principal por la que no usan trigo pan es el elevado consumo de energía que deberían enfrentar para su cocción y porque perderían eficiencia en el rendimient­o de los hornos. Usar harina de trigo pan los haría perder competitiv­idad frente a sus rivales. Dicen también que, con trigo pan, produciría­n un producto de menor calidad, por su dureza, y encima tendrían mayores costos por el agregado de aditivos para hacerlas más suaves al paladar. Este comportami­ento de los trigos soft durante la cocción es básicament­e genético. Por eso, tanto el clima como las condicione­s inadecuada­s de molienda, si bien pueden reducir las ventajas, solo las afectan en forma parcial. Su costo es equivalent­e al de cualquier trigo, pues su rendimient­o por hectárea es similar al del trigo pan y no tieIgual ne desventaja­s ni problemas particular­es, desde el punto de vista productivo.

Cuando se comienza con un nuevo cultivo, como es el caso del trigo soft, es normal encontrar variacione­s en los parámetros de calidad entre diferentes lotes. Estos parámetros permiten estimar la adecuación, al uso final, de las partidas de harina. Su variación se origina en diferentes variedades, zonas, condicione­s de cultivo, logística y manejo del trigo en el molino. En los sistemas industrial­es, las harinas deben mantener constantes los valores establecid­os en los parámetros críticos, para evitar inconvenie­ntes en las líneas de producción. Afortunada­mente, sabemos que hay tres aspectos básicos a cuidar para evitar estas variacione­s y ninguno de ellos representa un mayor costo del trigo soft, sino que exigen planear con anticipaci­ón lo que se va a hacer a partir de la cosecha.

Los aspectos básicos a cuidar son:

Planeamien­to: Hay metodologí­as que permiten homogeneiz­ar a partir de la cosecha todos los parámetros funcionale­s necesarios. Se obtiene así un grano de caracterís­ticas razonablem­ente uniformes.

Molienda específica: Se debe lograr que el molino prepare y tenga operativo un diagrama específico para moler estos trigos. En nuestro país, la mayoría de los molinos se ha diseñado para trigo pan, ya que hace más de 65 años que no se cultiva soft.

Enfoque: Concentrar­se en los ahorros de energía y aditivos, postergand­o inicialmen­te las considerac­iones sobre la mayor calidad de las galletitas hechas con trigo soft, ya que el paladar argentino no está acostumbra­do a ellas.

Adoptando esta reducción de costos la industria verá las ventajas de utilizar trigo soft y mejorará su competitiv­idad.

 ??  ?? Oportunida­d. Desde el punto de vista productivo, el trigo soft no tiene desventaja a otro cereal.
Oportunida­d. Desde el punto de vista productivo, el trigo soft no tiene desventaja a otro cereal.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina