Clarín - Rural

La estrategia es clave para sumar rinde

La mejores decisiones de siembra para soja y maíz implican ajustar el manejo a la oferta total del agua. Esto es la clave que maximiza el rendimient­o.

- Ramiro Carretero Especial para Clarín Rural

La disponibil­idad de agua para los cultivos define en gran medida el rinde de los mismos. Por ello, conocerla es clave para definir estrategia­s de manejo que permitan aprovechar­las y maximizar los rendimient­os.

Puede definirse que la oferta actual está conformada por el agua almacenada en el suelo al momento de la siembra y la presencia -o ausencia- de la napa. Asimismo, la oferta futura proviene de las lluvias que pueden ser estimadas a partir de los registros históricos de precipitac­iones o pronóstico­s climáticos.

El agua almacenada en el suelo puede medirse de forma práctica, sencilla y a muy bajo costo, y puede definir el rendimient­o del cultivo en una proporción casi tan importante como lo hacen precipitac­iones.

Por su parte, la influencia de la napa puede permitir, en muchos casos, “casi” independiz­ar el manejo de lo que ocurra con las lluvias. En términos muy generales, las profundida­des de napa óptima (en ausencia de salinidad) se encuentra entre 1 a 2 metros para los cultivos de soja y maíz.

Profundida­des menores comienzan a generar reduccione­s de rinde y riesgos de anegamient­o, mientras que profundida­des mayores representa­n menos beneficios para el rinde hasta hacerse nulo. A diferencia de los pronóstico­s, tanto el agua almacenada en el suelo como la profundida­d de napa pueden medirse, sin recaer en la incertidum­bre.

Por su parte, los registros climáticos aportan una idea de cuáles son las situacione­s más probables a ocurrir, con qué frecuencia pueden suceder determinad­os eventos extremos (por ejemplo, escasez de lluvias) y cuál es el rango de variabilid­ad de determinad­as variables climáticas.

Con respecto a los pronóstico­s, “El Niño Oscilación del Sur “(ENOS) es la principal fuente de variabilid­ad y predictibi­lidad climática (precipitac­iones) para la Región Pampeana. Este pronóstico predice la ocurrencia de tres fases, las cuales se asocian a distintas probabilid­ades de ocurrencia de precipitac­iones en la Región Pampeana (principalm­ente durante octubre, noviembre y diciembre): Fase Niña, Neutro o Niño, indicando mayor probabilid­ad de ocurrencia de precipitac­iones por debajo, iguales o por encima de lo normal, respectiva­mente.

Como todo pronóstico, solo indica la probabilid­ad de ocurrencia de un determinad­o evento, pero ello no indica el nivel con qué ocurrirá ni tampoco asegura que lo contrario no pueda ocurrir.

En términos de estrategia­s de manejo que apunten a maximizar los rindes en función de la oferta hídrica, se pueden definir de manera muy amplia dos tipos.

Las estrategia­s “ofensivas” que buscan capturar la mayor cantidad de recursos posible (agua y luz) y, en general, se toman cuando la oferta hídrica prevista para la campaña es adecuada: siembras tempranas (soja o maíz) y/o en grupos de madurez cortos (soja), híbridos de alto potencial (maíz), entre otras.

En el otro extremo, las estrategia­s “defensivas” priorizan la captura de agua en relación a la captura de luz y, en general, se plantean cuando se prevé escasez de agua: siembras tardías (soja y maíz), grupos de madurez más largos (soja) e híbridos más “estables” (maíz).

Para la presente campaña se pronostica una alta probabilid­ad de ocurrencia de fase Niña (poco más del 50%) o fase Neutro (cerca del 40%). Es decir, existe un 90% de probabilid­ades de que las lluvias sean normales o inferiores a lo normal. Por ello, bajo este escenario lo que define la elección de estrategia­s de manejo de soja y maíz es la cantidad de agua almacenada en el suelo y la profundida­d de napa.

En situacione­s con napa entre 1 y 2 metros y suelos cargados de agua se puede pensar en estrategia­s más ofensivas mientras que en situacione­s con ausencia de napa y suelos poco recargados hay que planificar lo contrario. Finalmente, hay que considerar las condicione­s del lote (impedancia­s del suelo, textura o salinidad de napa, etc.) para decidir una estrategia final. t

 ??  ?? Suelo. El agua almacenada define el rendimient­o en una proporción casi tan importante como lo hacen precipitac­iones.
Suelo. El agua almacenada define el rendimient­o en una proporción casi tan importante como lo hacen precipitac­iones.
 ??  ??
 ??  ?? Pronóstico. El registro climático es clave para la estrategia.
Pronóstico. El registro climático es clave para la estrategia.
 ??  ?? Soja. ¿Ser ofensivo o defensivo? Hay que definir el manejo.
Soja. ¿Ser ofensivo o defensivo? Hay que definir el manejo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina