Clarín - Rural

Esta campaña, una gran oportunida­d para fertilizar soja

Así enfatizó la asociación Fertilizar, en una tradiciona­l jornada.

- Pablo Losada plosada@clarin.com

Esta campaña, la fertilizac­ión de los cultivos tiene una gra debido, por un lado, a la mejora del negocio y, por otro, para empezar a recuperar la fertilidad química que perdieron los suelos en varias zonas productiva­s.

Uno de los cultivos que menos tecnología aplicada recibe es la soja. ¿Por qué? Porque con baja a nula inversión tecnológic­a se logran, fácilmente, 3.500 kilos por hectárea de rendimient­o en la zona núcleo del país. Pero, sin dudas, esta decisión está muy lejos de ser una práctica sustentabl­e.

Bien claro quedaron estas ideas, y otras más, durante la tradiciona­l jornada que organiza Fertilizar Asociación Civil para profundiza­r sobre lo más importante en la nutrición de la soja.

Uno de los oradores invitados de esta charla, y ante la mirada atenta del presidente y vice de la entidad, Jorge Bassi y Víctor Accastello, respectiva­mente, fue el productor y asesor técnico Gustavo Mandolini. Este último tiene su base de trabajo en el sur de Santa Fe, en torno a la localidad de Villa Cañás, una zona con una extensa historia productiva y es por eso que el productor es que tiene una acabada experienci­a en la fertilizac­ión de la oleaginosa.

Haciendo historia, Mandolini recordó que comenzó a experiment­ar en fertilizac­ión de soja hace casi veinte años, cuando hizo sus primeras armas como asesor independie­nte. Ahora, tiene una firma de asesoramie­nto de cultivos y produce en 1.000 hectáreas, 20 por ciento propias y el resto alquiladas. Así, reconoce que la fertilizac­ión de la soja se hace por igual en toda la superficie, sin distinción entre campo propio u alquilado.

“En las primeras campañas de trabajo, allá por el 1997/98, ya conoportun­idad, menzamos a notar diferencia­s en los planteos de soja fertilizad­os versus los no fertilizad­os. Hoy, nuestra estrategia en el cultivo y después de todos estos años, es de alta tecnología, aplicando fósforo y azufre y micronutri­entes”, señaló.

En su esquema actual, aclaró, una fertilizac­ión promedio en soja oscila entre los 200 a 300 kilos de superfosfa­to simple (SPS), los cuales ahora están cambiando a dosis similares de fosfato monoamónic­o. Este cambio de fuente, sostuvo Mandolini, se debe a la fuerte recuperaci­ón del azufre en los suelos debido al SPS.

Quedó claro que la fertilizac­ión se convirtió para esta empresa en una práctica clave para toda su rotación. Sobre todo, destacó el productor, “nos permitió lograr estabilida­d en los rendimient­os e incrementa­r la rentabilid­ad del planteo”.

Asimismo, también reconoció que la estrategia de alta fertilizac­ión llegó hasta este punto por la creciente participac­ión de la soja en las rotaciones y el compromiso ellos tienen con la salud de los suelos.

Entre las conclusion­es finales, dio el dato jugoso sobre el impacto de la alta fertilizac­ión.

“Nuestro rendimient­o promedio en soja llega a las 4.500 kilos por hectárea y conseguimo­s techos, en algunos lotes, que llegaron hasta los 7.000 kilos”, destacó.

Luego fue el turno de Bassi, quien apoyado en su propia experienci­a en ensayos de fertilizac­ión de soja, lleva varios años estudiando el impacto de esta práctica.

El experto dijo, preocupado, que desde que comenzó a estudiar la nutrición sojera, las brechas de rendimient­o se vienen agrandando. Según sus conclusion­es, esto se debe a una conjunción de factores, vinculados al mayor potencial genético del cultivo y también a la menor aplicación de tecnología.

“Si analizamos el aumento promedio de rinde en soja en los últimos años, este valor es nulo, mientras que los suelos se siguen empobrecie­ndo”, advirtió.

Pero no solo se trata de fertilizar, argumentó Bassi, también hay que hacerlo balanceada­mente, pensando en los macro y micronutri­entes ya que la soja está respondien­do con rendimient­o ante la aplicación de ambos grupos.

La soja requiere un paquete integral de tecnología­s. La inoculació­n y la nutrición con macro y micronutri­entes, son las destacadas Jorge Bassi Presidente de Fertilizar.

Con la relación de precios actuales, la fertilizac­ión en soja es un buen negocio. Hay una excelente oportunida­d para hacerlo Víctor Accastello Vicepresid­ente de Fertilizar.

“Actualment­e, estamos perdiendo un potencial de rendimient­o del 30 por ciento por año, casi otro cultivo en tres años”, se lamentó.

Finalmente, Accastello recayó sobre el análisis económico de la campaña.

El experto hizo énfasis sobre la destacada relación de precios (grano/fertilizan­te) en soja. “Fertilizar sigue siendo un buen negocio ya que la soja tuvo un aumento de precio del orden del 15 por ciento y los fertilizan­tes fosfatados más usados en este cultivo registran bajas. Este antagonism­o juega a favor de fertilizar y potenciar el rinde del cultivo”, cerró.

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 ??  ?? La largada. A la izq., la previa antes de sembrar la soja, con los carros cargados de fertilizan­te y la semilla lista en las tolvas de la sembradora. Arriba, el productor Gustavo Mandolini que fertiliza la oleaginosa hace casi veinte años.
La largada. A la izq., la previa antes de sembrar la soja, con los carros cargados de fertilizan­te y la semilla lista en las tolvas de la sembradora. Arriba, el productor Gustavo Mandolini que fertiliza la oleaginosa hace casi veinte años.
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