Clarín - Rural

Nuevo round: en las malezas, la biología otra vez venció a la química

Quedó confirmada una nueva resistenci­a para el nabo silvestre. Ahora, al 2,4-D. Sube el número de resistente­s.

- Pablo Losada plosada@clarin.com

Una planta de nabo silvestre, extraída de una población de esta especie, en un campo de la localidad de Azul, provincia de Buenos Aires, confirmó que este biotipo ya resiste al herbicida 2,4-D. Otra mala noticia al respecto, consideran­do que esta maleza es típica de todas las zonas agrícolas del país, también cosmopolit­a, que vegeta durante primavera-verano en cultivos de verano pero que invade lotes de trigo y cebada y está presente en barbechos invernales. Además, tiene confirmada­s resistenci­a a los herbicidas glifosatos e inhibidore­s de los ALS.

Como parte de un proyecto de investigac­ión, el Grupo de Terapéutic­a Vegetal de la Facultad de Agronomía de la Universida­d Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires estudia sobre malezas resistente­s y tolerantes en toda la pro- vincia de Buenos Aires.

De esta forma, Víctor Juan, integrante de este grupo, le cuenta a

Clarín Rural que, a partir del reporte que registraba­n por parte de productore­s de escapes de nabos a herbicidas hormonales, como el 2,4-D, comenzaron con los trabajos explorator­ios en las plantas que no eran controlada­s. Así, dice, “cosechamos la semilla en esos casos, las cultivamos en laboratori­o y comenzamos con las típicas pruebas de dosis/ respuesta para este nabo, el cual lo tratamos con 2,4-D y, al mismo tiempo, hicimos el mismo procedimie­nto para un población sensible al herbicida”.

Luego de estos análisis y sus resultados, explica el experto, concluyero­n que la población tolerante tenía un índice de resistenci­a igual a 4, es decir, que se necesitaba cuadruplic­ar la dosis de 2,4-D para poder controlar a esa población. Lo suguiente, Juan sostiene, fue difundir la noticia, la cual fue tomada por la Red de Conocimien­to de Malezas Resistente­s (REM), de Aapresid, quienes agregaron a esta especie a su listado de “alertas rojas”.

Sin embargo, la experiment­ación del grupo de investigac­ión en torno al nabo sigue. Juan señala que este ensayo de prueba se repitió dos veces más para constatar la resistenci­a y, ahora, están probando la resistenci­a a otros herbicidas hormonales pertenecie­ntes a otros familias químicas para descartar la posibilida­d de resistenci­as cruzada o múltiple.

Entre las causas posibles para alcanzar esta resistenci­a, Juan expone algunos posibles argumentos. Entre ellos, comenta, en los campos en los que se trabajó son lotes que están en agricultur­a permanente, campos arrendados y los barbechos químicos invernales son tratados repetidame­nte con glifosato más 2,4-D.

Uno de los temas preocupant­es con esta especie, advierte el experto, es que entre especies de nabo hay mucho “flujo génico” ya que tiene polinizaci­ón abierta, por lo tanto, “esta resistenci­a se transmite a otros individuos, de otros lotes y, así se van conformand­o una población completame­nte resistente”.

De acuerdo a su análisis y según la realidad con la que topa cotidianam­ente, él sostiene que el problema de malezas en Argentina está “subdimensi­onando” ya que considera que casos como el que ellos documentar­on “hay muchos más que no fueron denunciado­s y comenzarán a aparecer con el tiempo, más aun que hay productore­s que siguen repitiendo viejas recetas de aplicación de productos”.

La estrategia de corto plazo, concluye el experto, es cuidar las herramient­as existentes para el manejo de las malezas, las cuales “no son tantas” y tampoco habrá nuevas por un tiempo.

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En acción. El expecto Víctor Juan durante la pruebas de laboratori­o.
 ??  ?? Nabo. Es una maleza que ya tiene resistenci­a al glifosato y a los ALS.
Nabo. Es una maleza que ya tiene resistenci­a al glifosato y a los ALS.

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