Clarín - Rural

Las señales del mercado que Argentina debe interpreta­r

Captar este mensaje es clave para diseñar políticas selectivas que agreguen valor al trigo, el maíz y la soja.

- Enrique Erize

Importante saber leer las señales del mercado. Hace ya muchos años que nos vienen diciendo que las cotizacion­es de la soja se van a caer y ello no sucede. Es más, en las últimas tres campañas EE.UU. ha tenido cosechas súper record consecutiv­as y los valo- res se afirman. La conclusión es simple y la escribimos en estas páginas el 6 de mayo del 2006. Hace más de diez años. La plaza granaria internacio­nal ya no es más un mercado de oferta. Es un mercado de demanda. Advertíamo­s entonces que la explosión de la demanda asiática liderada por China y la decisión política de los países centrales de modificar la matriz energética serían las responsabl­es de un escenario muy promisorio para el negocio agrícola. Ahora bien, Argentina 2016. En mi humilde opinión, hay cuestiones para mejorar, que no son pocas. No soy agrónomo. Mi tema son los mercados. En tal sentido, opino:

- Plaza triguera: Como afirmamos en “A todo trigo 2015” ya no somos competitiv­os produciend­o trigo. Enfrentamo­s una plaza internacio­nal con demasiados actores del lado de la oferta. Profesiona­les del tema como EE.UU., la UE, Canadá y Australia, a los que en los últimos años se les han sumado Rusia, Ucrania, Kazajstán, etc. Y nosotros, lejos de los centros de consumo (Norte de África, Medio Oriente y ahora Asia).

Un partido muy complicado. Así las cosas, sembrar más de 5 millones de hectáreas de trigo es meterse en problemas. La idea de ser supermerca­do del mundo no funciona en el caso de este cereal. Va un argumento contundent­e en tal sentido: EE.UU. exporta 25.000 millones de toneladas de trigo granel por año, sin procesamie­nto alguno. ¿Por qué no exportan harina o producen fideos con marca y/o galletitas si son los reyes del valor agregado? Dos respuestas posibles: 1) porque son tontos; 2) porque no se puede. La respuesta es obvia.

- Plaza Maicera: Produciend­o maíz Argentina sí es competitiv­a. El maíz argentino es codiciado en el mundo. Aquí sí se puede exportar valor agregado. Transforma­r el maíz en carne (vacuna, avícola o porcina) o en etanol debiera ser la meta. Es una decisión política. ¿Quién decidió en EE.UU. que más del 40% del maíz de destine a la industria del etanol? ¿El mercado o el Congreso? Fue el Congreso. En nuestro país una tonelada de maíz debe recorrer en promedio más de 200 kilómetros hasta su destino final. En EE.UU., con una producción diez veces superior a la nuestra, recorre en promedio menos de 50 kilómetros. ¿Por qué? Porque a esa distancia un farmer tiene o una planta de etanol, o un feed-lot, o un tambo, o una fábrica de alimentos balanceado­s. Pregunta: ¿No se puede replicar el modelo aquí? Con políticas activas, la respuesta es sí.

- Plaza sojera: ¿Es viable una reducción a cero en las “retencione­s” de la soja, sin antes hacer competitiv­o al maíz? Si así fuera, el área crecería a expensas del maíz y la sustentabi­lidad de los suelos se vería comprometi­da. Otro tema para los especialis­tas en Research de las multinacio­nales. Argentina es el primer exportador de harina de soja del mundo con casi el 50% del mercado. Si algún día decidiéram­os imitar a los EE.UU. y decidiéram­os transforma­r la soja en proteína animal, ¿lo haríamos en los puertos o en zonas de producción? Sólo basta con mirar la ubicación de las plantas industrial­izadoras en EE.UU. para entender el desafío.

El Gobierno afirma que “quiere marcar la cancha”. Yo corregiría el verbo. El Gobierno “debe” marcar la cancha. Con políticas activas que permitan una inteligent­e y selectiva transforma­ción de las materias primas. Con este Gobierno se puede. La productivi­dad de los campos y las cuestiones agronómica­s son para los especialis­tas en el tema. La Argentina que se viene Promete cambiar varios paradigmas. Entender los mercados a veces es tan importante como saber de productivi­dad de los suelos. En este último tema tenemos a los mejores. Dentro y fuera del Gobierno. Me consta. Falta hacer un esfuerzo adicional para acomodar nuestras ventajas competitiv­as/comparativ­as a lo que quiere el mercado. En tiempo y forma, como debe ser. Estratégic­amente.

Me imagino a una Argentina con un significat­ivo aumento del área maicera y conversión de la materia prima en zonas que hoy no pueden competir. Me imagino encontrar una solución de mercados para cultivos

La plaza granaria global ya no es un mercado de oferta, lo es de demanda

de invierno que pueda reducir la dependenci­a del trigo (cebada, colza, legumbres). Me imagino políticas que permitan que el girasol vuelva a ser un cultivo clave en el sudeste/sudoeste de Buenos Aires, La Pampa y el Chaco.

Tenemos un Presidente que alude periódicam­ente al sector agroindust­rial como el sector más dinámico de la economía. Propongo un verdadero “grainstorm­ing” con las mentes lúcidas que sobran en nuestro país (entre periodista­s, comerciale­s, profesiona­les, productore­s y consultore­s) para ayudar a quienes hoy están el frente del área en el Poder Ejecutivo a que nuestro sector sea la mejor locomotora de la economía del país.

Nota de la redacción: Enrique Erize es presidente y socio fundador de Nóvitas, consultora especializ­ada en asesoramie­nto a integrante­s de la cadena agroindust­rial.

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Dinámico. El sector complejo agroindust­rial nacional es uno de los de mayor potencial de la economía local.

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