Clarín - Rural

Una nueva agricultur­a empieza a nacer

Por el fuerte riesgo de la agricultur­a actual, las empresas están redefinien­do sus estrategia­s de manejo y de negocio. Ahora, el desafío es pensar en el sistema.

- Pablo Losada plosada@clarin.com

Agronegoci­os. Debido a los crecientes riesgos productivo­s, las empresas agropecuar­ias ya trabajan sobre el futuro modelo de negocios, que tendrá cambios en la dimensión productiva, empresaria­l y organizaci­onal.

De las situacione­s extremas se aprende. Este es uno de los “drivers” que está apareciend­o en la cabeza de muchos productore­s y técnicos y que está acelerando importante­s cambios en el actual modelo agrícola tal cual como se lo conoce.

“El modelo que duplicó la producción de granos entre los años 90 y la primera década del año 2000 comenzó a estancarse y está cada vez más expuesto a varios factores de riesgo que lo ponen en jaque”, advierte Fe-

derico Bert, líder de investigac­ión y desarrollo de Aacrea, a Clarín Rural. Por eso, agrega que se está en plena búsqueda del “nuevo modelo agrícola”, el cual tendrá importante­s ajustes en lo organizaci­onal, empresaria­l, productivo y no estará enfocado en el resultado exitoso de un cultivo en particular.

Sencillame­nte, las afirmacion­es de experto van dirección de que la agricultur­a actual debe ser menos sensibles a los riesgos climáticos, políticos, económicos, financiero­s y en lo productivo. En este último caso, el desafío es pensar a escala de sistema.

Para esto, dice: “Desde lo empresaria­l, organizaci­onal y vinculado al agregado de valor, el salto cualitativ­o para enfrentar mejor los riesgos de la agricultur­a comenzará con una reorganiza­ción del rol que cumplen ciertos actores. Otro vector clave es la nueva dimensión que se abre para la bioeconomí­a. Los agricultor­es que son precursore­s ya no se ven como simples productore­s de materias primas, sino también de energía”, comenta.

Los aspectos productivo­s distintivo­s de la agricultur­a que se viene están en revisar la calidad y cantidad de la informació­n disponible en cada uno de los procesos.

Al respecto, Bert dice: “Algunas de las alertas sobre cómo será el futuro están en nuestro pasado agrícola inmediato. Me refiero a las malezas resistente­s y tolerantes a herbicidas, lo cual puede repetirse también con las plagas y las enfermedad­es. Esto nos permite concluir que las tecnología­s tienen una vida útil. Algo similar está ocurriendo con el agua y el clima. Estamos conociendo, en parte, las consecuenc­ias del cambio climático sobre la agricultur­a, pero en parte también los daños de las lluvias están asociados a la influencia de ciertas decisiones que tomamos a nivel productivo y que no contemplan al sistema”.

En el centro santafecin­o, también están reflexiona­ndo sobre la vulnerabil­idad de los sistemas agrícolas actuales. Aquí, la inclusión de la variable cambio climático empezó a ser parte central de las decisiones productiva­s.

“Desde hace algunas campañas, las empresas consideran en su estructura de costo el riesgo de producción mínima en los mejores ambientes de los campos. Algo extremadam­ente decisivo ya que están analizando la probabilid­ad de no producir nada en excelentes suelos. De esa forma, se están reduciendo los riesgos de invertir ya que aumentan las posibilida­des de no poder pagar los 15 quintales de alquiler”, explica Diego Pérez, profesiona­l agrónomo y asesor técnico de muchos establecim­ientos agropecuar­ios en la zona.

Así como el cambio climático está induciendo a ajustes en el manejo y favorecien­do la llegada de otro modelo productivo, el negocio también está teniendo fuerte peso relativo.

“Hace unos cuatro años comenzó a pensarse el cambio cuando la agricultur­a giró a ser un negocio financiero, en el cual la empresa agropecuar­ia paso de tener interensan­te márgenes a tenerlos muy bajos. Desde ese entonces, el modelo productivo registró los primeros cambios, señala Pérez.

Y éstos están vinculados con la reestrucci­ón de las empresas, el agregado de valor y la integració­n.

“Actualment­e, muchas empresas que sembraban importante­s extensione­s de campo tuvieron una reducción drástica de la superficie y solo se quedaron con la tierra más segura. Por otra parte, el peso del precio de fletar mercadería al puerto llevó a que aquellos que están a más de 300 kilómetros de distancia piensen en inversione­s para agregar valor en origen con ganadería, pollo, cerdo o la fabricació­n de biodiésel. También, otros se integraron verticalme­nte para que el negocio sea propio de punta a punta. De esta forma, la dirección de las inversione­s van en busca de hacer una agricultur­a con procesos mucho más eficiente de muy bajo riesgo. Además, el conocimien­to tiene un rol fundamenta­l. Hoy, cada lote necesita

Los agricultor­es se ven como productore­s de alimentos y también de energía

más tiempo de recorrida por ingeniero agrónomo y por empresario, y ésto conduce a una menor escala”, concluye el técnico.

Con plena coincidenc­ia, Luis Negruchi, que es productor y asesor de la zona sur de Santa Fe, dice que la nueva empresa agropecuar­ia tendrá una nueva estructura organizaci­onal y de negocios.

“Los que quedarán serán aquellos que sean prolijos, ordenados y profesiona­les. Aquel productor sin visión empresaria saldrá del sistema”, anticipa Negruchi.

Para el asesor, el perfil del productor será el motor del cambio de la empresa agropecuar­ia ya que en los últimas veinte años se dieron importante­s saltos de rendimient­o y no creció de la misma forma la manera de pensar a la empresa agropecuar­ia.

“El modelo que está en evaluación es el que nos trajo hasta aquí. Segurament­e, uno de los aspectos importante que estará bajo revisión es la agricultur­a en campo arrendado a corto plazo. Para dismuir el riesgo y potenciar la producción, son necesarias, en este sentido, algunas decisiones o asociacion­es estratégic­as. Por ejemplo, esta campaña, decidí en campos alquilados evitar la siembra de los ambientes bajos y rediscutir con el dueño del campo el valor del alquiler. Y fue un acierto porque hoy se paga por hectárea efectivame­nte cosechada ya que todos esos sitios terminaron llenos de agua ”, subraya el técnico santafesin­o.

Como todo negocio de alto riesgo, la producción agropecuar­ia tenía márgenes altos. Hoy, se invirtiero­n las variables .

“Actualment­e, la matriz productiva apunta a agregar valor y los productore­s están ávidos de estos, sin embargo, aun están redefinien­do cómo transitar estos caminos”, cierra el asesor.

 ??  ?? Estabilida­d. El manejo por venir será existoso a partir de la visión a escala sistémica que minimice el riesgo.
Estabilida­d. El manejo por venir será existoso a partir de la visión a escala sistémica que minimice el riesgo.
 ??  ?? Antes y después. Luego del salto de rendimient­o de los últimos veinte años, lo que viene son empresas reestructu­ras, que agregan valor y que se integran. La meta es la estabilida­d.
Antes y después. Luego del salto de rendimient­o de los últimos veinte años, lo que viene son empresas reestructu­ras, que agregan valor y que se integran. La meta es la estabilida­d.
 ??  ?? Ganadería. El agregado de valor es clave para crear un negocio sólido.
Ganadería. El agregado de valor es clave para crear un negocio sólido.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina