La genética fue clave en trigo y soja
El mejor escenario comercial para estos cultivos estimuló la inversión productiva el último ciclo.
La cosecha sojera, que ya está en su recta final con más del 90% de la superfice trillada, se encamina a una producción de 57,5 millones de toneladas, la segunda más alta de los últimos 17 años, de acuerdo a los datos de la Bolsa porteña. El trigo, después de varias campañas muy difíciles por las trabas a su comercialización, también cerró un muy buen ciclo en enero, con una trilla de 18 millones de toneladas, según el Ministerio de Agroindustria, y ahora se estima que se sembrarán 5,5 millones de hectáreas con el principal cereal de invierno.
“La campaña que termina, la 2016/17, marcó un renacer para la agricultura argentina. Fue la primera que se sembró con nuevas reglas de juego para el sector: sin retenciones (salvo para la soja), con libertad de mercados y con un solo tipo de dólar. Esas condiciones impulsaron a los productores a volver a invertir”, destacaron desde el semillero Don Mario, que tiene su base en la localidad de Chacabuco (en la provincia de Buenos Aires).
La normalización del clima de negocios para el agro permitió a los productores apostar a la genética y al manejo de punta.
“En soja, el principal cultivo del país, la variedad más vendida fue la DM4612, con tecnología RR1 de resistencia a glifosato. Se trata de un material del grupo 4 medio, que se adaptó muy bien a las difíciles condiciones climáticas de esta campaña”, aseguró Gastón Suardiaz, gerente de Ventas y Marketing de la compañía. En el caso del trigo, de acuerdo a los datos que maneja la empresa, la variedad más sembrada del país fue “Algarrobo”.
Al hacer un balance de la campaña, Suardiaz recordó que hubo problemas importantes por las inundaciones en el sur de la zona núcleo, con productores en situaciones difíciles -por la falta de infraestructura hídricaque habrá que atender.
Pero también dijo que los rindes promedios nacionales en soja estuvieron en los niveles históricos, incluso con algunos números muy buenos, sobre todo en el norte, en el Litoral y en el centro-norte de la provincia de Córdoba.
“En el NEA vimos rendimientos consistentes por arriba de los 4.000 kilos por hectárea, lo cual es muy bueno para la región. En el centro norte de Córdoba tuvimos un cliente que obtuvo 5.000 kilos de soja de segunda sobre un trigo de 5.500 kilos, en un lote con riego y con una variedad con tecnología Intacta del grupo 5 medio”, destacó el ejecutivo.
Estas cifras de rinde marcan el importante potencial que tiene la soja para consolidar rendimientos altos en todo el país.
“Es cierto que todavía hay que ajustar muchos componentes del paquete de manejo del cultivo, pero está claro que quien lo hace le saca a la genética todo el potencial que tiene para lograr altos rendimientos”, concluyó Suardiaz.