Los datos, al servicio de la eficiencia
La jornada Experiencia de Cosecha, organizada por Claas en Oncativo, Córdoba, puso el foco en la telemetría.
La abundancia de datos y su adecuado uso es sin dudas el desafío de la agricultura actual. Y, claro está, fue uno de los grandes ejes de la primera edición de Experiencia en Cosecha, la jornada de entrenamiento a campo organizada recientemente por CLAAS Argentina en su campo de Oncativo, provincia de Córdoba. El encuentro, que replica el modelo implementado en sus jornadas Experiencia Forrajera reunió a más de 300 productores, técnicos y contratistas.
Sobre un lote de maíz de la firma KWS, dos cosechadores tope de gama -la LEXION 780 equipada con sistema de rodamiento TERRA TRAC y el cabezal MDD 100 de Mainero y la TUCANO 570 equipada con un cabezal maicero de Allochis- hicieron su trabajo ante un público que atentamente siguió en pantallas gigantes los datos provistos por la telemetría.
Pero ¿qué es la telemetría? José Suñe, especialista en agricultura de precisión de CLAAS Argentina, explicó que las cosechadoras CLAAS traen incorporada esta tecnología de fábrica y se trata del sistema a partir del cual la máquina recoge más de 200 parámetros con un intervalo de 15 segundos y los transmite en forma remota a un servidor para que sean consultados desde una pc o tableta. Estos datos refieren a la regulación de la máquina, consumos de combustible y tiempos operativos, que sumados al mapa de rendimiento permiten tomar decisiones de manejo agronómico en la campaña siguiente y ajustar tiempos y costos operativos.
A su vez, todas las máquinas cuentan con un piloto GPS que permite ahorrar costos, mejorar la eficiencia, disminuir el estrés del operario y la compactación del suelo. “El piloto puede ser utilizado con una señal gratuita o una paga -explicó el técnico-. En el primer caso se obtiene una precisión de 15 a 30 centímetros y en el otro, de 5 a 10 centímetros”. Pero lo más relevante es el impacto económico que tiene evitar dobles pasadas por el mismo sector del lote. “Utilizando piloto automático con una precisión de entre 5 y 10 cm se calculan 53 pasadas, un 5,66% más de eficiencia. En una campaña de 2000 hectáreas esto equivaldría a 113,2 hectáreas que se dejan de cobrar que a 1200/1500 pesos la hectárea cosechada equivale a unos 135.840 pesos. En tanto se afronta un gasto extra de combustible de 22.640 pesos por la misma superficie”, puntualizó Suñe.
Además, en Experiencia de Cosecha también hubo tiempo para el análisis de cabezales. Marcos Formica, de Mainero, explicó el trabajo que realiza el cabezal MDD 100. Este desarrollo, que ya va por su cuarta campaña de vida comercial, sigue siendo el único en el mundo que puede cosechar a cualquier distancia y dirección. “Hay entre 700 y 800 trabajando en el país y unos cuantos más en distintos mercados. Nos enorgullece todo lo que podemos lograr con un cabezal tan simple y de tan poca sofisticación mecánica”, dijo.
Mientras tanto, el uso de la información ambiental para la elección de híbridos fue el eje de la disertación de Joaquín Ferreyra, de KWS. El técnico destacó que, cuando se va a comprar un maíz, es clave consultar cómo es el ambiente en el que se va a sembrar, en qué fecha, con qué densidad y sobre qué suelo. “El objetivo es tener un manejo más preciso del producto y tenemos datos para lograrlo”, dijo Ferreyra.
Y por su parte Diego Ustarroz, de INTA Manfredi, abordó el problema de malezas en la región centro de Córdoba. “Estamos viendo barbechos muy largos entre la cosecha de la soja a mediados de abril y la siembra tardía de un maíz en diciembre y esto nos obliga a hacer demasiadas aplicaciones de herbicidas”, dijo con preocupación. “Si bien podemos rotar los modos de acción de los herbicidas, se trata de una estrategia poco sustentable y que ocasiona un excesivo uso de herbicidas y riesgo de nuevas resistencias”, expresó.