El biodiésel local vuelve al mercado europeo
Lo aprobó la UE. luego del fallo de la OMC. Una buena noticia tras los aranceles de EE.UU.
La Unión Europea reabre sus importaciones de biodiésel argentino, tras cuatro años sin embarques. Se allanó así al fallo de la Organización Mundial de Comercio, que había dictaminado a favor de la Argentina en un panel interpuesto por nuestro país cuando la UE impuso aranceles prohibitivos (25%) para el biocombustible, en 2013.
La decisión implica reducir los derechos de importación a un nivel de entre el 4% y el 8%, dependiendo de cada empresa. A eso debe sumarse un arancel adicional del 6%, que rige para todos los productos exportados a los países de la UE desde que la Argentina perdió la preferencia de que gozaba, en el último año de la era K.
Fuentes de la industria sostuvieron que con el nuevo panorama, se podrán retomar los embarques a partir de octubre, aunque no esperan llegar a los volúmenes alcanzados en 2011, cuando se alcanzó un récord de 1,5 millones de metros cúbicos, por un valor de 1.500 millones de dólares (ver página 12 de esta edición de Clarín Rural).
La noticia llega en el momento apropiado. Hace menos de dos semanas, el gobierno de los Estados Unidos impuso derechos de importación del 57% al 64% al mismo biocombustible. EE. UU. se había convertido en la alternativa ante el cierre del mercado europeo. La aplicación de estos aranceles significó la suspensión inmediata de ventas, que alcanzaron los 1,2 millones de metros cúbicos el último año.
Los argumentos fueron similares a los que en su momento utilizó la UE: la presunción de dumping y subsidios otorgados por el gobierno argentino a esta industria.
El hecho de que la OMC haya dictaminado en favor de la Argentina, y ahora la aceptación por parte de la UE, deja malparada a la administración Trump, frente a la eventualidad de que la Argentina interponga un nuevo panel.
Esto facilitaría, según piensan los negociadores argentinos (que ya iniciaron tratativas con el gobierno norteamericano), una marcha atrás en la decisión de los EE. UU.
Se configuraría en consecuencia un panorama interesante, porque la eventualidad de la suma de los dos mercados (UE y EE.UU.) pondría a la industria exportadora de biodiésel muy cerca de su capacidad instalada. Con inversiones por 4.000 millones de dólares, se la estima en 3 millones de metros cúbicos por año.
El biodiésel es un eslabón clave en la cadena de valor de la agroindustria sojera. La Argentina es el mayor exportador mundial de todos los derivados de soja: harina proteica, aceite, biodiésel y glicerina. Este fuerte posicionamiento es consecuencia de la competitividad alcanzada por el clúster en conjunto, desde la producción en chacra hasta la logística.
La aplicación de aranceles prohibitivos significaba no solo la pérdida de valor agregado sino que tenía un impacto enorme en la oferta de aceite de soja en el mercado internacional. El rol del biodiésel es precisamente achicar la oferta.
El subproducto de la elaboración de biodiésel es la glicerina. Hasta el advenimiento de esta nueva industria, la glicerina se obtenía a partir de la refinación del petróleo.
La de origen vegetal ganó rápida adhesión por parte de la industria farmacéutica, alimenticia y cosmética. La glicerina refinada argentina es un ingrediente clave de pasta dental, supositorios de bebés, cremas anti age, etc. Con lo acontecido esta semana, los operadores ven disiparse el riesgo de trasladar estos negocios a otros destinos.