El ciclo empieza y termina en el corral
Hace un mes editorializamos en Clarín Rural sobre esta cuestión de la intensificación en cría, relatando cómo en los Estados Unidos habían entrado en la variante de meter las vacas a corral en zonas tradicionalmente ganaderas como las Dakotas. Allí las nuevas variedades de ciclo corto de maíz y soja se metían inexorablemente, encareciendo las tierras.
Aquel editorial disparó el llamado de Manuel Echenique, productor de la zona de General Villegas, ansioso por contarnos que lo viene haciendo desde hace ocho años. Hay otros casos, que iremos desgranando en estas páginas, porque si bien no es una tendencia aún, es probable que vaya ganando adeptos al igual que sucede en los Estados Unidos, donde siempre se anticipa el futuro.
Cuando vamos al Farm Progress Show, lo primero y casi lo único que miramos son los equipos. No le prestamos mucha importancia a las instalaciones. Han pasado prácticamente desapercibidos los galpones parabólicos de tejido plástico, que al principio parecían destinarse a simples cobertizos para la maquinaria.
Pero el tamaño era cada vez más grande, y de pronto aparecieron instalaciones para el ganado, los típicos cercos de galvanizado, cepos mecánicos y toda la parafernalia que requiere el manejo de hacienda. Incluso, baldosones para pisos, a veces ranurados, con antideslizantes, etc. “Esto no es para nosotros”. Ahora sabemos que hay que mirarlos, y no solo cuando hablamos de tambo y la tendencia al confinamiento en free stall. Vienen cosas muy interesantes.
En las Dakotas, el avance agrícola fue acompañado por el desarrollo del etanol. Apareció la burlanda. Y ahora descubren que este coproducto de la fermentación del maíz para biocombustible es un excelente alimento para vacas de cría, cuyos bajos requerimientos se pueden cubrir fácilmente con una dieta basada en rastrojo de maíz y burlanda.
“Is de pen the new pasture?” (¿Es el corral la nueva pastura?), tituló desafiante hace pocos días una reconocida revista ganadera. Sabemos mucho, aquí, de pastoreo de rastrojos. Está contraindicado.
También lo está la extracción del rastrojo, que lo necesitan las bacterias del suelo. Sin embargo, hay una parte lábil de esa materia orgánica en descomposición, compuesta por marlos y chala, que es apenas el 20 por ciento del residuo. Lo que hacen los farmers es enfardar la cola de la cosechadora, sin desparramar.
Para quienes estén cerca de las plantas de etanol, que ya son varias y posiblemente se multipliquen a corto plazo, es una alternativa a considerar. Ya veremos.