A la espera de los motores Flex
Biocombustibles. El autor afirma que la incorporación de los autos que funcionan con cualquier proporción de nafta o alcohol, que ya se fabrican en el país, sería muy beneficiosa para las economías regionales.
La semana pasada, Clarín Rural estuvo presente en Rio Cuarto cubriendo el Taller de Etanol Combustible organizado por la firma Novozymes. Allí Agustín Torroba, Director Nacional de Biocombustibles dijo que veía factible un escenario donde se mantenga el corte de nafta con etanol en 12% y el aumento del consumo de alcohol combustible venga dado por la incorporación del auto Flex.
Este modelo actualmente funciona en Brasil. Allí las estaciones disponen tanto de surtidores con nafta cortada con 28% de etanol anhidro (99,9% de pureza), como de alcohol hidratado (96% de pureza) para autos con esta tecnología. Es decir que pueden andar con cualquier proporción de nafta o alcohol. Estos motores se fabrican también en la Argentina, pero hoy no están homologados.
De llevarse a cabo esta medida, tendrá un fuerte impacto positivo en las economías regionales. Recordemos que el año pasado, con la creación de la Mesa Sucroalcoholora - coordinada por la Subsecretería de Bioindustria bajo la órbita del Ministerio de Agroindustria - impulsó el aumento de corte del 10% al 12%, incremento para ser abastecido solo por alcohol de caña. Esta media generó en dicho sector ingresos adicionales por más de $2.250 millones, según informaron fuentes de esa Cartera.
El corte de 12% se reparte por igual entre el alcohol anhidro obtenido a partir de la caña de azúcar y del maíz. Para este año, las proyecciones dan que el Ministerio de Energía y Minería distribuirá 550.000 m3 entre las 10 empresas (próximamente se agregarán dos más) sucro-alcoholeras, y 550.000 entre las 5 de maíz.
De instalarse el surtidor de alcohol hidratado, el consumidor podrá elegir libremente si quiere cargar alcohol o nafta. En este caso se debe tener en cuenta que al utilizar alcohol, por tener menor poder calórico, el consumo aumenta aproximadamente un 30%. En contraposición, el etanol tiene un elevado octanaje que mejora la eficacia del motor.
La experiencia brasilera indica que el público se inclina por el alcohol cuando su precio lo justifica. Sin embargo, hay una porción que, sea cual sea el precio, opta por el biocombustible. En Brasil existen estaciones de servicio que solo ofrecen alcohol, con lo cual podría darse que nuevos jugadores aparezcan en el mercado. Los industriales argentinos indican que sería factible llegar con precios del bioetanol al surtidor a menos de $15 el litro, o sea, por debajo del punto de equilibrio con la nafta.
Hoy, tanto las destilerías de etanol de caña como las de maíz se encuentran operando cerca de su capacidad máxima. Para abastecer mayor demanda de alcohol, serán necesarias inversiones en nuevas plantas o expansión de existentes. Biomaiz, la Cámara que agrupa a las industrias de etanol de cereal, ha expresado en reiteradas ocasiones que el sector dispone de U$S 1.000 millones para invertir cuando el etanol tenga lugar. Materia prima para abastecer nuevas plantas hay de sobra. Argentina produjo casi 50 millones de toneladas y solo consume 15 millones.
Por el lado del sector de la caña, será necesario expandir la capacidad y la superficie cultivada. Descontando la cuota americana, hay apenas un sobrante de 150.000 toneladas de azúcar para la exportación. Llevado a alcohol, son apenas 100.000 m3. Algo más del 1% de la demanda de nafta. Previendo esto, la Universidad de San Pablo Tucumán se encuentra trabajando en el desarrollo de caña transgénica para poder expandir la frontera agrícola. Algunas de las nuevas destilerías de este sector están pensadas para funcionar también con maíz por fuera del período de zafra. Para ello, será necesario agregarle una etapa al proceso que transforme el almidón del cereal en sacarosa.
Hace un mes, visitamos en Brasil la mayor feria internacional de tecnología sucro-energética. En la entrada principal lucía una pickup fabricada en Argentina con motor Flex. El precio de venta era 30% menor que la de motor Diesel.
¿Podremos verlas pronto circular por nuestras pampas?
Nota de Redacción: el autor es analista de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno.